Si obtener el trigo del que depende la elaboración de pan y otros alimentos se convirtió en un actividad comercial difícil a partir de 2022, en los primeros seis meses de este año la situación es más compleja, afirmó el presidente del Grupo Empresarial de la Industria Alimentaria, Emerio González Lorenzo.
Para garantizar una estabilidad en la producción de harina y los consumos tradicionales en un mes, hay que comprar tres barcos de trigo que cuestan unos 35 millones de dólares
Al comparecer en el espacio televisivo Mesa Redonda, el directivo, a modo de ilustración, explicó que para garantizar una estabilidad en la producción de harina y los consumos tradicionales en un mes, hay que comprar tres barcos de trigo que cuestan unos 35 millones de dólares.
En el transcurso de este año, refirió, únicamente se han podido comprar cuatro barcos con el producto, en lo que influye el crecimiento de los precios, con su correspondiente impacto en la disponibilidad en los mercados, a lo que suman las afectaciones que sufren las operaciones de compra por recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos a Cuba.
Detalló que el barco que arribó recientemente a Cienfuegos estuvo más de 60 días para cargar en el puerto de origen, con los consiguientes gastos de operaciones. A la vez, recordó que otras veces se logró contratar harina en países del área y las navieras que radican allí no aceptaron venir a Cuba, lo que impone buscar barcos de otros orígenes y mandarlos a esos lugares, lo que eleva los costos.
El bloqueo, insistió, impide la adquisición de piezas de repuesto para nuestra industria. En esa situación, acotó, hay cuatro molinos, para los que ha existido disponibilidad de financiamiento, se ha pagado a los proveedores, pero los bancos con los que ellos trabajan no han aceptado las transacciones.
Eso, refirió, crea situaciones complejas como la sucedida recientemente en Santiago de Cuba, cuando el mismo día del arribo de un barco, intentaron arrancar el molino, lo cual fue imposible y hasta hoy no se ha podido estabilizar la producción de harina de trigo.
En esta etapa no le han podido entregar harina a la Cadena Cubana del Pan, ante lo cual, actores económicos que han importado un nivel de harina, se han encadenado con establecimientos de aquella, procedimiento que, igualmente, se ha realizado con la industria de las confituras.
(Tomado de Granma)
