COVID–19: Más de 1 700 muertos en España e Italia en 24 horas, 3 000 millones de confinados en el mundo y más medidas extremas

España despertó este domingo a su tercera semana bajo un cierre casi total, el número de muertes por el nuevo coronavirus aumentó en 838 casos en 24 horas para llegar a un total de 6 528, un récord en la cifra diaria de fallecimientos, mientras que en Italia se reportaban otros 889 muertos durante la jornada y en Estados Unidos la cifra de decesos acumulados ascendía a 2 010, un cuarto de ellos en Nueva York.

Situándose solo detrás de Italia en muertes, España también vio aumentar las infecciones a 78 797 desde 72 248 el día anterior. La región de Madrid sigue siendo la más golpeada, con un tercio de los casos y casi la mitad de los fallecimientos.

En tanto, Italia, ya superó la cifra de 10 000 muertos (10 023, la más alta entre todos los países del mundo) y el número de casos confirmados escaló el sábado a 92 472.

La mayor cuenta diaria de muertes en Italia había ocurrido el viernes, cuando murieron 919 personas. Antes de eso, hubo 712 muertes el jueves, 683 el miércoles, 743 el martes y 602 el lunes. Hasta este sábado, 12 384 personas lograron recuperarse de la enfermedad, de acuerdo con informes oficiales.

En Estados Unidos, donde la enfermedad ha tenido una progresión acelerada en los últimos días, los casos confirmados de contagio llegaron a 121 117 este sábado, un récord mundial. De acuerdo con los reportes oficiales, más de 55 000 del total de casos corresponden al estado de Nueva York, epicentro de la pandemia en ese país.

El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, anunció este sábado la donación de 250 000 máscaras protectoras a la ciudad de Nueva York.

A nivel mundial, los contagios superaron las 660 000 en 183 países o territorios y se reportaron más de 30 000 muertes mientras nuevos casos se acumularon con rapidez en Europa, de acuerdo con un conteo de la Universidad Johns Hopkins. Estados Unidos encabeza la lista de países con casos reportados, con más de 120 000.

El sábado, las muertes confirmadas en territorio estadounidense rebasaron las 2 000, el doble de la cifra reportada apenas hace dos días, lo que pone en evidencia la velocidad del contagio. Cinco países registran mayor número de decesos: Italia, España, China, Irán y Francia.

La situación en la capital española es tan compleja que la región habilitó dos morgues, una primera ya instalada en una pista de patinaje de un centro comercial, y una segunda, en una instalación pública en desuso, que debe comenzar a operar el lunes.

Igualmente, un enorme centro de convenciones fue convertido en hospital de campaña, que podría llegar a albergar un máximo de 5 500 camas.

Madrid y Roma insisten en que la epidemia da muestras de estabilizarse. En Italia la tasa de contagio va bajando y en la región de Lombardía, la más afectada (más de 40 000 casos), los hospitalizados solo han aumentado en 15 casos en las últimas 24 horas (11 152 en total).

La carencia de mascarillas, guantes, trajes de protección y otro material sanitario desgasta al personal de la salud, tanto en Europa como en Estados Unidos. En España, más de 10 000 contagiados trabajan en el sector sanitario.

El Gobierno de Pedro Sánchez anunció el sábado que el país cerrará por dos semanas a partir del lunes sus actividades no esenciales para fortalecer la lucha contra el coronavirus, una disposición que será aprobada en un consejo de ministros extraordinario este domingo. La medida endurece el confinamiento de la población dictado el 14 de marzo y vigente hasta el 11 de abril.

En Madrid, según reportes de prensa, las calles estaban desiertas este domingo por la mañana, ya que la policía reforzó las patrullas, deteniendo a autobuses y coches para controlar que los pasajeros tenían motivos para estar fuera de sus casas.

Las escuelas, bares, restaurantes y tiendas que venden artículos no esenciales están cerrados desde el 14 de marzo y la mayoría de la población está confinada en sus casas mientras España trata de frenar el virus.

Italia comenzó a enfrentar una de las preocupaciones de seguridad de muchos países en medio de la crisis.

En Sicilia y el sur de Italia se han producido ya las primeras escenas de saqueo. La parte de la población que no puede acogerse a las ayudas oficiales para los trabajadores en paro forzoso exige comida. El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, anunció que el Gobierno distribuirá bonos alimentarios.

En Francia (más de 2 300 muertos), que ha tenido que mandar enfermos graves a Alemania debido a la congestión de sus hospitales, los próximos 15 días “serán más difíciles” aún, advirtió el primer ministro, Edouard Phillippe.

El Gobierno francés ha encargado 1 000 millones de mascarillas y se ha propuesto pasar a 14 000 camas en cuidados intensivos, desde las 5 000 actuales.

A falta de una vacuna o tratamiento probado, más de 3 000 millones de personas siguen encerradas en sus hogares este domingo en todos los continentes. Muchos de forma voluntaria, otros por la fuerza.

Con más de 600 000 infectados y unos 31 000 fallecidos a nivel mundial por la COVID-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó el viernes que 100 000 personas que contrajeron la enfermedad ya se han recuperado.

Según un conteo de la Universidad Johns Hopkins, son más de 135 000 los recuperados a nivel mundial.

El director de la OMS, Tedros Adhanom Gebreyesus, informó que aún faltan de 12 a 18 meses para desarrollar una posible vacuna, y añadió que mientras tanto es necesario encontrar terapias efectivas para tratar a los pacientes y salvar vidas.

Al abordar el tema del uso de la información en torno a la pandemia, el jefe de Emergencias de la OMS, Mike Ryan, advirtió que “se debe felicitar a los países que están haciendo más pruebas, y no castigarlos porque reporten un mayor número de casos.

“Si creamos una situación en la que reaccionamos negativamente al aumento de los casos, esto se convierte en un incentivo para dejar de hacer tests”.

Ryan aclaró que también se deben tomar en cuenta las tasas con respecto a toda la población, cuántas pruebas se han hecho y cuántas han sido negativos o positivos.

“Esto nos da una mejor idea del impacto de la enfermedad. Cuando vemos estos números que están creciendo, parte de ese crecimiento es un aumento de los esfuerzos de detección debido a mejores esfuerzos de rastreo y testeo”, explicó.

“Cuantas más pruebas hacemos, más va a aumentar el número de casos. Puede ser apabullante, pero hay que conocer los casos. Con medidas agresivas de tests, aislamiento y tratamiento y cuarentena de contactos, se pueden reducir las cifras. Esto es lo que funciona”, agregó otra experta de la organización mundial.

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