Guantánamo.- El sarampión es una infección infantil causada por un virus puede ser grave e incluso mortal para los niños pequeños, pero en la actualidad se puede prevenir gracias a una vacuna.
Aunque las tasas de mortalidad se han reducido en todo el mundo y que desde 2016 la región de las Américas fue declarada libre de esa enfermedad -altamente contagiosa- ha aumentado el riesgo de importación a la zona. Baste mencionar que en 2018, doce países de la región notificaron casos y en lo que va de año seis naciones han confirmado la presencia de ese padecimiento que puede causar complicaciones graves, tales como ceguera, encefalitis, diarrea intensa, infecciones de oído y neumonía.
La UNICEF ha alertado que unos 169 millones de niños en el mundo entre 2010 y 2017 permanecieron sin ser vacunados contra el sarampión, en tanto en el primer trimestre de este año se registraron 110 mil casos, principalmente en países pobres donde los infantes no tienen acceso a las vacunas, mientras que en las naciones industrializadas el problema no es el costo o la falta del imunógeno, sino la negativa de algunos padres a aplicárselas a sus hijos.
Cuba eliminó ese mal en 1993, gracias a los esfuerzos del gobierno revolucionario y a nuestro sistema de salud gratuito, que tiene bien diseñadas las estrategias para proteger a la población y donde las campañas de vacunación juegan un papel fundamental.
El Programa Nacional de Inmunización se creó en 1962, dirigido a la prevención de cuatro enfermedades, sin embargo, en la actualidad la cifra es de 13 y comienza desde el nacimiento, pero también abarca diferentes etapas de la vida.
A la vacuna contra el sarampión en la población infantil menor de seis años, se suman dosis únicas a grupos de riesgo, que incluye a viajeros, colaboradores y personal diplomático.
Ante la posibilidad de la introducción en el país de ese padecimiento por el incremento del número de turistas de todo el, se han incrementado las medidas de control que apoya el sistema nacional de vigilancia de enfermedades inmunoprevenibles, cuya base descansa en la atención primaria de salud, encargada de identificar, diagnosticar y realizar acciones efectivas de control de foco ante la sospecha de casos de sarampión.
Sin dudas la vacunación emerge como elemento primordial para garantizar la protección de las personas.