Guantánamo. – Mientras los remos besan el cauce del río Yumurí, el bote avanza de manera acompasada y se siente el vaivén que aligera el cuerpo y el alma. También resulta rítmico el sonido de la madera cuando toca el agua. Esa sensación la viven día a día los remeros del Yumurí.
El pequeño poblado tiene en la pesca y el turismo su principal sustento que ahí que no resulte extraño ver unos 10 botes esperando la llegada de los visitantes, nacionales o extranjeros, para adentrarlos en un viaje maravilloso, aunque relativamente corto, hasta la Isla de la Almendra, en el medio del torrente.
Es este uno de los oficios más antiguos en esa comunidad baracoense Desde allá compartimos el testimonio de Asir Lores quien a sus 67 años recorre todos los días esta zona, considerada una de las más privilegiadas en Cuba por su belleza y encanto natural.
Licenciada en Periodismo. Graduada en la Universidad de Oriente en el 2010. Periodista, editora del sitio web y miembro del equipo multimedia de Solvisión.