Créalo o no lo crea: los tigres de Ciego de Ávila intentarán barrer hoy a los vegueros de Pinar del Río en la gran final del béisbol cubano y revalidar así el título nacional.
Luego de imponerse por 9-4, 2-1 (en 13 entradas) y 6-5 en los tres primeros partidos de la serie -pactada al mejor de siete-, los avileños buscarán a toda costa este lunes el triunfo definitivo con su principal lanzador, el derecho Vladimir García, invicto en dos presentaciones en esta postemporada.
García, con 13 victorias en fases de playoffs, es el pilar de la rotación de los tigres y el “tiro seguro” del mentor Roger Machado, el hombre que catapultó a Ciego de Ávila a los planos estelares del béisbol cubano, tras conquistar sendas coronas en 2012 y 2015, las primeras en la historia del club.
A priori, Machado sufrirá la sensible baja por lesión del torpedero y capitán del equipo Yorbis Borroto, quien debió abandonar el juego de ayer en las postrimerías, por una presunta luxación en su hombro izquierdo (el tiempo de recuperación es una incógnita).
Borroto, situado en el segundo turno del lineup, es el arma secreta de los avileños porque, a sus prestaciones defensivas, este año añadió su bate caliente, conformando un trío de lujo en la parte alta de la alineación junto a los prospectos José García y Luis Robert Moirán.
Si finalmente Borroto se ausenta, su lugar en la alineación y en el campo corto sería ocupado por Raúl González (hasta ahora defensor de segunda base en los playoffs), un utility de calibre contrastado, con experiencia en todas las posiciones del infield.
Tras barrer 4-0 a Industriales en la ronda semifinal, los tigres amenazan con volver a sacar la escoba, ahora en la serie por el trono de Cuba contra Pinar, equipo al que solo las avispas de Santiago de Cuba consiguieron vapulear 4-0 en finales, específicamente en las del 2000 y 2008.
Ciego de Ávila, sin duda, partió con el cartel de favorito ante Pinar pero una barrida estaba fuera de todo pronóstico.
Por mucho, los avileños presentan un equipo más compacto a la ofensiva, en gran medida porque la producción de Pinar decrece sustancialmente después del quinto bate, algo que pudiera enmendarse si el toletero William Saavedra supera las dolencias en una mano y regresa al juego diario con los vegueros.
Hoy, las huestes pinareñas dependerán del también diestro Erlys Casanova, un serpentinero de experiencia y calidad pero convertido ultimamente en una “caja de sorpresas”, capaz de lo mejor y lo peor en una misma salida, por problemas con el control de sus envíos.
El ánimo de los jugadores pinareños será otro enigma en el duelo de este lunes. Si afrontan el duelo a full, entonces tendrán algunas opciones de victoria, pero si salen con mentalidad derrotista pudieran sufrir una paliza de marca mayor, con la cual Ciego de Ávila coronaría un lustro de leyenda mediante la consecución de su tercer cetro desde 2012.
Además, los avileños tomarían sonado desquite de la derrota sufrida en la temporada 2010-2011, cuando los pinareños se impusieron en la finalísima por cuatro triunfos contra dos.
Para nadie es un secreto que, en la historia de las series nacionales, ningún equipo remontó jamás una desventaja de tres juegos en etapas de playoffs, por lo cual la misión de Pinar se antoja imposible, mucho más después de caer el domingo en la salida del derecho Yosvani Torres, su lanzador estrella, su gran líder.
De acuerdo con la Comisión Nacional de Béisbol, el partido de hoy, el cuarto de la gran final, está previsto para las 19:15 hora local, en el estadio Capitán San Luis, hogar de los vegueros, con capacidad para cerca de 10 mil espectadores.
