Che: ejemplo

Guantánamo.- Es difícil hablar de un hombre de su estatura moral, de alguien cuya muerte lo convirtiera en símbolo. Sin embargo, cada 8 de octubre, Ernesto Che Guevara, llega al recuerdo como aquel  nativo argentino que conquistó a Cuba desde su incorporación como expedicionario del Granma en México. Llega el  hombre cual rostro atiborra las plazas en brazos de personas de todas las generaciones de cubanos y latinoamericanos.

 

Che aquel joven que, padeciendo un asma cruenta, despertaba admiración por su energía indomable y el espíritu Quijotesco que lo acompañó siempre. A los 23 años realiza un largo recorrido por Latinoamérica, se gradúa de médico y, de paso por México, resulta junto a Raúl Castro, uno de los primeros seleccionados por el líder de la Revolución Fidel para integrar la expedición del Granma.

Desde su incorporación a la causa cubana, el Che se distinguió por su lealtad y un valor por momentos temerario. La Sierra, la Invasión, la Batalla de Santa Clara, fueron escenarios de sus hazañas. Ante los ojos de las generaciones de cubanos que no tuvimos la oportunidad de conocer, están las imágenes del Che levantando un muro, del cortador de caña…

Otras imágenes lo enmarcan de manejando una combinada, sin camisa en un trabajo voluntario, jugando ajedrez, modelo del líder que no se separa jamás de la muchedumbre que representa y guía. Conmovía su intachable ejemplo personal, su autoridad moral y su fe inquebrantable en la victoria.

Cubano por adopción, este hombre excepcional, abrazaba la muerte en cada combate con una sonrisa en sus labios, la desafiaba como un juego en selvas pampas y montañas. Su desaparición fue un duro golpe para el pueblo cubano y para el mundo.

A quienes lo conocieron y compartieron en tiempos de paz y guerra con él, les enseñó a ser transparentes como el agua, revolucionarios de ideas, a ser un león ante los cobardes, abusadores y traidores de la tierra. Enseñó a los guerrilleros a no temerle a la muerte.

Dotado de una de voluntad de acero, el Che fue amigo, médico, un hombre inteligente que la muerte privó de tener por muchos años y que reunía en su íntegra personalidad, las virtudes de un verdadero revolucionario, a quien en su conducta, no se le puede encontrar ni una sola mancha.

Ernesto Guevara de la Serna fue un hombre extraordinariamente humano, sensible, un trabajador infatigable. Su legado a las nuevas generaciones fue su íntegro carácter, la tenacidad, el espíritu de trabajo, su ejemplo, sus grandes sueños y la disposición de seguir su camino con la adarga al brazo y sentir por siempre bajo sus talones el costillar de Rocinante.

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