Uno de los más grandes escándalos de corrupción, supuestamente cometidos por la administración del presidente panameño Ricardo Martinelli, está hoy en manos de los tribunales con la acusación fiscal a 59 personas de alto perfil. Dos hijos, Ricardo y Luis Martinelli Linares, y la esposa del exgobernante, Marta Linares estarían llamados a juicio, según solicitud del Ministerio Público (MP) por supuestos sobornos, aunque la lista se mantiene en reserva.
A pesar del secreto, el fiscal anticorrupción Aurelio Vázquez, mencionó a periodistas que la Fiscalía hizo cargos a ‘una ex primera dama’, pero que su defensa presentó incidencias, por lo que corresponde al tribunal la decisión de incluirla o no en la causa.
‘Lo más valioso que tengo es mi buen nombre y lo defenderé hasta el último día de mi vida’, declaró a la prensa Linares de Martinelli, quien negó que forme parte de las investigaciones y tuvo duras críticas para el diario La Prensa, el primero que la mencionó dentro de los imputados.
Blue Apple Services (BAS), como bautizaron el expediente, consistió en la creación de unas 25 empresas fantasmas utilizadas para esconder el dinero de sobornos por agilización de trámites y pagos en contratos de construcción, con una posible lesión patrimonial de 78,3 millones de dólares, según el MP.
BAS (servicios manzana azul) fue una de las primeras cuentas ‘canastas’ reveladas en la investigación que duró dos años, y cuyos titulares son los hijos del exgobernante, Ricardo y Luis, quienes operaban ese dinero desde un banco suizo.
Una supuesta compra-venta de terrenos de playa era uno de los seis métodos empleados para difuminar la ruta de los sobornos, revelaron los investigadores, quienes mediante asistencias internacionales e indagaciones locales comprobaron delitos de lavado de dinero, falsificación de documentos, corrupción de servidores públicos y asociación ilícita.
La lista oficial de BAS comenzó a filtrarse a la prensa y el canal TVN citó una fuente anónima que confirmó entre los involucrados a Linares de Martinelli y sus hijos Ricardo y Luis (ambos reclamados en extradición); también al antiguo secretario presidencial Adolfo De Obarrio (prófugo) y dos exministros de Obras Públicas, entre otros.
