Las autoridades hondureñas capturaron este martes al expresidente Juan Orlando Hernández, quien entregó el cargo a finales de enero pasado tras ocho años en el poder, luego que EE.UU. solicitara su extradición para procesarlo por presuntos nexos con el narcotráfico.
Su detención fue ordenada por el magistrado de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Edwin Francisco Ortez Cruz, quien fue designado por ese tribunal como el «juez natural» para llevar el caso de Hernández.
Poco después de las 02:00 de la tarde (hora local), elementos de la Policía Nacional de Honduras, en colaboración con agentes de la Agencia Antidrogas de EE.UU. (DEA, por sus siglas en inglés), sacaron a Hernández de su hogar, ubicado en la colonia Palmeras de San Ignacio, en Tegucigalpa, y le colocaron un chaleco antibalas.
El exmandatario fue trasladado en un vehículo blindado a la estación del Escuadrón Los Cobras, en donde se le realizó una revisión médica. Posteriormente, Hernández fue trasladado a las oficinas de las Fuerzas Especiales de la Policía Nacional.
El secretario de Seguridad, Ramón Sabillón, informó en conferencia de prensa que Hernández será internado en esta sede de las Fuerzas Especiales y el miércoles será presentado ante la Corte Suprema de Justicia.
Unos 600 hombres de las fuerzas de seguridad se situaron desde la noche del lunes al exterior de su vivienda en Tegucigalpa, a la espera de poder ingresar a la casa del exmandatario para ejecutar la orden de aprehensión.
Durante la mañana del martes, Hernández difundió un audio en sus redes sociales, en el que afirmó que estaría «presto y listo para colaborar» y presentarse «voluntariamente» ante las autoridades.
El proceso contra Hernández comenzó luego que la Embajada de EE.UU. en Tegucigalpa enviara un documento a la Cancillería hondureña, donde pedían la detención provisional con fines de extradición del exmandatario.
En el documento, se detalla que se busca a Hernández para ser juzgado en EE.UU. «por delitos de narcotráfico y armas de fuego».
La acusación
Las autoridades judiciales estadounidenses acusan a Hernández de participar en una «conspiración violenta de narcotráfico para recibir cargamentos de múltiples toneladas de cocaína enviadas a Honduras» desde varios países, «por rutas aéreas y marítimas», y para transportar las drogas hacia el oeste de su país, con el objetivo de que siguieran con destino a «la frontera con Guatemala, y finalmente a los EE.UU.».
En el documento enviado por la Embajada a la Cancillería, se indica que esta conspiración habría iniciado en 2004, cuando era diputado, hasta este año.
«La conspiración transportó más de aproximadamente 500.000 kilogramos de cocaína a través de Honduras con destino a los EE.UU.», dice el texto, en el que se señala que como parte de este entramado Hernández habría recibido «millones de dólares por sobornos y ganancias» de parte de múltiples organizaciones de narcotráfico en su país, México y otros lugares.
Como parte de esa conspiración y los millonarios sobornos, según EE.UU., el exmandatario «protegió a los narcotraficantes de la investigación, detención y extradición».
Tomado de Russia Today