Bolivia, justificar lo injustificable

¡Qué mundo este! La mentira y la traición políticas saltan en cualquier esquina y la desvergüenza campea por sus respetos.

No hay un mínimo de decoro a la hora de lanzar el más disparatado argumento para justificar lo inimaginable. Y eso es lo que han hecho las autoridades actuantes en Bolivia al suspender relaciones con Cuba. Porque las explicaciones esgrimidas por La Paz están cargadas de falsedades que poco esconden la mala fe y las intenciones de congraciarse con la Administración Trump.

Desde que agarraron el poder hace poco más de dos meses, Jeanine Áñez Chávez y su cohorte hicieron lo imposible por torpedear unos lazos establecidos mucho más allá de los gobiernos y las cancillerías, porque tenían raíces entre los más humildes atendidos por nuestros ejemplares médicos. Pero, ya se sabe, es una época de desfachatez política y lealtades alquiladas.

Alinearse con Washington

Cuba ha sido clara al denunciar la falsedad y mala fe de las autoridades actuantes en Bolivia al suspender las relaciones diplomáticas bilaterales, restablecidas en enero de 1983.

Esa decisión, que sacrifica los intereses de millones de humildes bolivianos, solo le sirve a La Paz para ponerse en el equipo que está formando Estados Unidos ahora que recrudece el cerco contra nuestro país.

Es un episodio inusitado en el mundo diplomático latinoamericano, porque ni siquiera la Colombia de Iván Duque, ni el Brasil de Jair Bolsonaro, llegaron tan lejos en recientes momentos de tropiezos con Cuba.

Lo que acaban de hacer quienes detentan el poder en Bolivia puede ser realmente el derecho de una nación soberana, pero que np vengan a justificarse con mentiras y mucho menos con injurias contra Cuba.

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