Boca de Jauco en Dos tiempos

Boca de Jauco en Dos tiemposGuantánamo.- Los pobladores del costero poblado de Boca de Jauco en el guantanamero municipio de Maisí, fueron los primeros en ver llegar y sentir los efectos del huracán Matthew, en la tarde noche del 4 de octubre de 2016, una fecha que muchos prefieren olvidar.

Acompañados por otros colegas llegó este reportero a Boca de Jauco unas 12 horas después del paso del huracán. La imagen era devastadora, y comparable con las aquellas películas rusas en que se mostraban las aldeas de los pueblos destruidos por los bombardeos nazis.

Las entidades estatales y casi el 100 por ciento de las viviendas estaban en el piso. Sólo el consultorio médico había resistido los embates del huracán, para servir de refugio a personas de avanzada edad y enfermos postrados.

En lo particular lo más impactante fue mi contactó con Bianca Salet, una niña, a quien, como al resto de sus compañeritos, Matthew le había robado su casa, la escuela y sus libros.

Pero pasado el trauma inicial los pobladores de Boca de Jauco, y de otros asentamientos que conforman este Consejo Popular como los Jagueyes, Los Gallegos, Río Seco y Caleta, dejaban atrás las lamentaciones y se enfrascaron en la recuperación de lo que pudiera ser recuperable para poder lograr habitabilidad y continuar la vida, confiando además en que el Estado cubano no los dejaría desamparados.

Como en el resto de los territorios afectados en Guantánamo por Matthew, hasta Boca de Jauco llegaron brigadas de diferentes organismos con sus medios y fuerzas constructoras, la ayuda de las hermanas provincias del país, los necesarios materiales de la construcción; pronto el poblado todo se convertiría en un hervidero recuperativo.

Un año después

Si alguien sabe bien del mucho sudor y horas de trabajo dedicadas a la recuperación de estos poblados costeros de Maisí, ese es el joven Yunier Ramírez, Presidente del Consejo Popular de Boca de Jauco,  que tiene una población de mil 985 habitantes.

“Inmediatamente después del paso del huracán – dice Yunier- se realizó el levantamiento de las cuantiosas afectaciones, bastaría decirte que todas las casa, estuvieron clasificadas con derrumbe total o parcial, al igual que los techos”.

“También quedaron destruidas las bodegas de la zona, la panadería, escuela, farmacia, el punto de venta de la agricultura, y hubo serios daños en la sala de televisión”.

“A penas unos días después la  población comenzaba a recibir los beneficios de las medidas del gobierno revolucionario cubano para la atención a los damnificados, así como las tejas y los materiales para la reconstrucción de sus hogares”.

“En la actualidad se recuperaron todos los derrumbes parciales y totales de techo, y las instalaciones estatales, las que han sido reanimadas con mayor confort y belleza”, culmina diciendo el Presidente del Consejo Popular.

La recuperación de Matthew llegó, tanto para los habitantes de Río Seco como para los de Boca de Jauco con beneficios adicionales, pues estas comunidades, donde por décadas sólo existía una vetusta planta eléctrica, hoy están conectadas al sistema electroenergético nacional (SEN) y sus habitantes gozan de las bondades de la electricidad.

Este reportero es testigo de los notables cambios en la comunidad, a sólo un año del paso de un huracán, que no pudo robarle a Bianca Salet y a los niños de Boca de Jauco, sus sueños y sonrisas. Ellos hoy ríen felices, mientras corren a sus escuelas.

 

 

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