Guantánamo,- Las hermanitas Grendy y Jendy Méndez, naturales del montañoso municipio Yateras, son parte de la treintena de pioneros sordos con instrucción y atención esmerada en la Escuela 14 de Junio, de Guantánamo, centro de referencia del sistema de enseñanza especial cubano, directamente afectado por el irracional bloqueo económico estadounidense a la Isla.
En condición de internas -por la lejanía de su hogar-, estas pequeñas cursan hoy el cuarto grado en el referido plantel de la cabecera provincial, que por su destaque en su perfil docente ratifica por 16 años la distinción de Vanguardia Nacional, pese a las restricciones de equipos y medios didácticos especializados y de punta, como consecuencia de la cruel política anticubana.
Grendy y Jendy son sordas profundas bilaterales, usan prótesis auditivas para poder escuchar, y la primera, de nueve años, las lleva hoy, pero su hermana de 10 no, por falta de nuevas baterías, uno de los dispositivos de limitada importación a causa del hostil bloqueo, lo cual le complejiza la comunicación y el aprendizaje al que, por consiguiente, debe dedicar mayor esfuerzo.
El caso de esta escolar no es el único, como resultado del cerco yanqui a Cuba varios alumnos de la Escuela 14 de Junio tienen ahora inhabilitados sus aparatos auditivos, que son valiosos para su mejor interacción con el entorno, autonomía, calidad de vida y plena inclusión educativa y social, dijo a la Agencia Cubana de Noticias la máster en Educación Especial Antonia Cuello Castillo.
Con conocimiento de causa la Licenciada en Logopedia, jefa de ciclo que atiende la especialidad en la reconocida institución docente guantanamera, ejemplificó otras muestras del duro impacto del bloqueo en las personas con discapacidad y en su educación, como el impedimento de sustituir equipos obsoletos, entre ellos los dedicados a desarrollar la percepción auditiva.
Ante esta realidad -dice- se impone el maestro con profesionalidad, sorteando escaseces, creando medios didácticos que sustituyen recursos importados, como maquetas y laminarios, y ahora, en medio del complejo escenario pandémico mundial, confeccionando también sus propias mascarillas de acrílico, para impartir clases a quienes es imprescindible la lectura labio-facial.
Más de mil 600 afiliados integran la Asociación Nacional de Sordos en Guantánamo, 77 de ellos niños, comentó por su parte Isora Alina Pileta, vicepresidenta provincial de esa comunidad que, por la saña imperialista, carece de audífonos con tecnología de punta, y de mecanismos de alarmas creadas para personas con esa limitación, incluidos timbres luminosos y relojes vibradores.
La Escuela 14 de Junio instruye a 169 alumnos con necesidades especiales en las áreas sensoriales de la audición y la visión, y las garras de la guerra económica obstaculiza además, por ejemplo, la compra de las máquinas para la escritura Braille, esenciales en el proceso educacional de los invidentes, y lentes y apósitos oculares para la terapia a pequeños de baja visión, ambliopes y estrábicos.
Pese a las circunstancias adversas generadas por las trabas de Washington, tras ingentes esfuerzos el Estado cubano garantiza a sus hijos lo imprescindible para su educación y salud del más alto nivel, de forma gratuita como ofrece también el implante coclear a los niños sordos con criterio médico para esta opción quirúrgica, que en otras partes del mundo puede costar hasta 60 mil dólares.
Con este procedimiento y la rehabilitación logofoniátrica postoperatoria, se han beneficiado hasta la fecha más de una docena de infantes guantanameros, tres de los cuales estudian en “la 14 de Junio”, y se valoran otros con condiciones para su intervención, apuntó la Doctora Ruby Hernández, responsable del área pediátrica del Centro Provincial de Servicios Audiológicos.
En su intento de destruir a la Revolución, tras más de medio siglo de impuesto el bloqueo sigue arremetiendo contra el pueblo de Cuba, violando derechos humanos. Esta es una política repudiada internacionalmente y considerada criminal, inmoral, obsoleta y fiasco rotundo de sucesivas administraciones estadounidenses.
