Biomasa, fuente de electricidad inagotable para Cuba

Guantánamo (Redacción Solvisión) Materia prima principal del Grupo Azucarero Azcuba, la caña es hoy fuente de producción de diferentes tipos de sacarosa (crudo, refino, blanco directo y ecológico), y también de 20 derivados de ese cultivo.

 

Entre estos se destacan la electricidad, el alcohol, alimento animal y bioproductos, refirió a Prensa Latina la jefa de Generación Eléctrica de esa entidad, Bárbara Hernandez Martínez.

La producción azucarera se sustenta energéticamente en la cogeneración de vapor y electricidad, para la clarificación del jugo de la caña, su filtración, evaporación y cristalización, explicó.

Desde la zafra de 2002, agregó, la industria azucarera cubana vende excedentes eléctricos del proceso fabril a la Unión Eléctrica de Cuba (UNE) de forma creciente y sostenida, pero con parámetros de eficiencia insuficientes para lograr los niveles de aporte energético que necesita el país.

Según Hernández, actualmente los productores de azúcar del mundo abandonan el viejo paradigma de considerar la biomasa cañera (bagazo y paja) un residuo molesto y de bajo valor comercial de su producción de sacarosa, y la reconocen como un combustible de gran utilidad para producir energía.

La biomasa ha sido fuente de ese recurso desde tiempos inmemoriales, y de hecho constituyó el primer combustible que empleó el hombre. No obstante su utilización milenaria, ella ocupa y mantendrá un lugar importante en la matriz energética a nivel global, de acuerdo con un reciente informe de la Organización de Países Exportadores de Petróleo.

En opinión de la funcionaria, la industria de la caña de azúcar produce el combustible que necesita a muy bajo costo, pues es un residuo de la molienda, renovable y amigable con el medio ambiente.

Manejada de forma sostenible esa planta representa un sumidero de carbono, al ser un cultivo que almacena energía solar hasta producir una tonelada equivalente de petróleo por cada una de azúcar que se fabrica.

PROGRAMA DE BIOELÉCTRICAS

Al abundar sobre el valor energético de la caña, enfatiza en que el Programa de Bioeléctricas de Azcuba, una vez implementado en su totalidad, tendrá un impacto importante en la diversificación de las producciones de la agroindustria.

Se trata de una materia prima que incrementará en más de cuatro veces el aporte de Azcuba al país de electricidad amigable con el medio ambiente, e influirá de forma positiva en el cambio de la matriz energética nacional.

Actualmente cerca del 86 por ciento aproximadamente de la energía renovable en esta isla procede de la biomasa cañera.

Se prevé alcanzar paulatinamente hasta el 2030 un incremento de no menos del 14 por ciento de la disponibilidad de electricidad generada a partir de esa biomasa de una manera muy eficiente, no solo por el equipamiento y los parámetros de rendimiento con los que se proyectan estas plantas, sino porque precisamente son instalaciones de cogeneración, cuyo vapor de baja presión o escape se continuará utilizando en el proceso fabril del azúcar.

BIOELÉCTRICA DEL CENTRAL JESÚS RABÍ

La bioeléctrica de 20 megawatt (Mw) del central azucarero Jesús Rabí, en la provincia de Matanzas (a unos 100 kilómetros al Este de La Habana), es una de las 19 planificadas para poner en marcha hasta el 2030 en este sector en la isla.

Al respecto Hernández precisa que en se realizan gestiones para el financiamiento de siete de ellas, tanto por crédito preferencial al comprador como mediante modalidades establecidas en la ley de inversión extranjera.

Este proyecto -explicó la especialista- consiste en sustituir los equipos del área termo-energética del central azucarero (calderas de vapor, turbogeneradores, tratamiento de agua, banco de transformadores de enlace con el sistema eléctrico nacional, almacén de biomasa) por nuevos de alta eficiencia energética.

En la actualidad el “Jesús Rabí “, a pesar de contar con el volumen de caña necesario para moler diariamente cuatro mil 500 toneladas de esa materia prima, no dispone de la capacidad de cogeneración que respalde energéticamente una molienda al ciento por ciento.

La potencia eléctrica instalada en esa fábrica solo respalda el 80 por ciento de la capacidad de procesamiento de esta, fijada en tres mil 500 toneladas de caña por día.

Esa bioeléctrica será una planta de cogeneración que se construirá en un área aledaña al central, lo que facilitará no detener las zafras durante el período de construcción y montaje.

Cuando se realice su puesta en marcha, operará abasteciéndose de todo el bagazo producido, residuos agrícolas y del condensado de vapor puro procedente de los equipos de calentamiento, evaporación y tachos provenientes de la fábrica de azúcar, a la que a su vez suministrará el vapor de escape de los turbogeneradores para el proceso de fabricación del endulzante, así como la electricidad que necesita.

El excedente eléctrico del proceso fabril del azúcar se venderá a la Unión Eléctrica de Cuba, informó la especialista.

Hernández explicó que el proyecto consiste en instalar una caldera con capacidad para producir 110 toneladas de vapor por hora, la cual trabajará a una presión de 67 bar y 520 grados, con una eficiencia no menor del 85 por ciento, y utilizará como combustible en tiempo de zafra el bagazo a 50 por ciento de humedad saliente de los molinos del ingenio.

El bagazo es combinado con 10 por ciento de residuos agrícolas cañeros en tiempo de zafra y con 17 fuera de esta actividad económica, mezclado con la biomasa cañera sobrante del propio central y de los restantes ingenios de la provincia de Matanzas.

Se incluye además la biomasa forestal (marabú) tributada por unidades agrícolas del Ministerio de la Agricultura.

El proyecto también tiene como objetivo reducir el impacto ambiental del proceso fabril del azúcar, a partir de la instalación de depuradores para los gases que se generan en la combustión de la biomasa.

La tecnología seleccionada propiciará la mejora continua y cuidado del agro ecosistema, pues prevé que la ceniza residual de la generación de vapor, la cual tiene alto contenido de potasio, se incorpore como fertilizante a las áreas cañeras de forma húmeda.

Persigue asimismo la conservación y mejor uso de los recursos hídricos, al condensarse el vapor extraído de la turbina.

Hernández destacó que a partir de la puesta en marcha de esta bioeléctrica, además de incrementarse en 19 por ciento la producción de azúcar crudo en cada zafra, aumentará en cuatro veces la eficiencia en la generación eléctrica del central.

Adicionalmente el empleo de las biomasas cañera y forestal posibilitará al país un ahorro de combustible fósil estimado en unos 20 millones de dólares.

La especialista dio a conocer, en relación con otros proyectos de bioeléctricas, que los correspondientes a los centrales 5 de septiembre, de la provincia de Cienfuegos, y Ciro Redondo, de Ciego de Ávila, de 60 Mw cada uno, están en fase de gestión y aprobación de los documentos finales para la firma de sus respectivos contratos de financiamiento.

La del “5 de septiembre” se construirá y operará mediante un contrato de administración entre la Empresa Azucarera de Cienfuegos y la de Construcción de Obras Industriales de Brasil.

En cuanto a la del “Ciro Redondo”, esta se construirá y operará a partir de una empresa mixta entre la tenedora de acciones ZERUS, de Azcuba, y la Empresa Havana Energy, del Reino Unido. Su instalación y puesta en marcha será mediante un proyecto de llave en mano liderado por Shanghái Electric, ganador de la licitación para este objetivo.

Actualmente a escala internacional hay 200 bioeléctricas, de las cuales la mayor cantidad -unas 140- pertenecen a Brasil.

Según expertos, este tipo de obra representa el proyecto élite de la industria azucarera mundial.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *