Baracoa: elegante, coqueta y altiva a tus 506 años

Baracoa: elegante, coqueta y altiva a tus 506 añosGuantánamo.- Ahí estás: coqueta, presumida, tentadora. Pareces detenida en el tiempo. Sin embargo, la natural belleza de tus ríos y montañas además de tu  ubicación frente al mar Caribe, todavía deslumbra a tus pobladores y visitantes a pesar de que hoy 15 de agosto, cumples, Baracoa, 506 años de fundada como Villa.

Si deseas conocer esta mágica Ciudad y vas por carretera, que es la mejor opción, inevitablemente, tienes que atravesar el viaducto La Farola, una de las siete maravillas de la ingeniería civil cubana, dotada de 11 puentes colgantes a una altura de más de 600 metros sobre el nivel del mar.

La historia de Baracoa, primera capital y obispado de la mayor de las Antillas, comienza con la llegada de Cristóbal Colón, el 27 de noviembre de 1492, quien, admirado por su natural belleza, escribe en su Diario: la más hermosa cosa del mundo […] Andando por ella fue cosa maravillosa ver las arboledas y frescuras, y el agua clarísima […] que dice que le pareció que no quisiera salir de allí.

En 1511, Diego Velázquez la instituyó con el nombre de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa,  siete años después,  recibió la categoría de Ciudad.  Se convirtió en aquel momento  en la primera capital de la Isla y su primer obispado hasta que,  a la postre,  dichas funciones se trasladaron a Santiago de Cuba.

Cuando llegamos a esta pequeña ciudad, marcada con el título de Primada de Cuba y que significa existencia del mar,  lo primero que admiramos es la belleza de sus paisajes rodeados de montañas. Y la entrada, como si la custodiara, salta a la vista el atractivo Fuerte de Matachín,  fortaleza construida para la defensa estratégica, hoy Museo Municipal de Baracoa

Caminar por sus calles, es  conocer sobre la arquitectura local de las más antiguas viviendas, dotadas de amplias  puertas y ventanas enrejadas, acompañada por sus techos de tejas por lo regular a dos aguas.  Es además, ver cómo sus pobladores dejan tras de sí,  las huellas del escalofriante huracán Matthew para exhibirla hermosa con sus hechizos, leyendas y costumbres.

La iglesia parroquial de Baracoa es muy peculiar. En su interior, aun se conserva la famosa Cruz de la Parra,  única de las veintinueve que plantara Colón por toda América  como símbolo del Cristinismo. Es la más antigua reliquia histórico – religiosa del encuentro entre las culturas europea y americana.

Declarada Monumento Nacional, es asombroso el exotismo paisajístico de esta ciudad que posee más de 80 kilómetros de costas con playas, tibaracones, y varios ríos.  Entre ellos, el Toa – más caudaloso de la Isla – , el Yumurí, que dio origen a uno de los cañones fluviales más hermosos del planeta y el Miel, en cuyas corrientes se entreteje la leyenda de que: ” Quien se baña en sus aguas se queda por siempre en esa mágica ciudad”.

¿ Y qué decir de su comida?.  Los baracoenses gozan del privilegio de preparar con sus propias manos platos únicos en el país y en el mundo. Allí, no  sólo podemos degustar del Teti, el diminuto pez que aparece sólo en la desembocadura de los ríos Toa, Miel y Nibujón, sino también del Cucurucho y el chocolate, de ahí el nombre de Capital del coco y el cacao.

Cinco mentiras tiene esta ciudad paisaje y estoy segura de que muchos sitios del mundo las quisieran tener: el Yunque que no es de hierro, el río Miel que no es dulce y la Bella Durmiente cuyo nombre alude a su forma, semejante a una mujer dormida,  sino una montaña. A ellas se suman también, las Tetas de Santa Teresa,  que no son senos, sino dos montañas que escoltan la ciudad de Baracoa por uno de sus extremos  y  La Farola que no alumbra.

Sin dudas, es Baracoa un maravilloso paraje lleno de historia y tradiciones. Tienes 506  años y sigues acogedora, alegre, única y sencillamente natural en tu belleza incomparable. Semejas a una dama altiva que mantiene la fragancia y hermosura de una criatura acabada de nacer, a la cual debemos de cuidar  y desearle más vida para que exista por siempre como la Primada de Cuba.

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