Autoridades de Cuba fomentan producción de arroz

El director de la División Tecnológica de Arroz, del Grupo Empresarial Agrícola (adscrito al Ministerio de la Agricultura), Oslando Linares, mostró hoy su optimismo en cuanto a la producción de arroz en Cuba.

En una entrevista publicada este lunes por el periódico Granma, el funcionario señaló que el Programa integral de desarrollo del arroz (comenzó en 2012, luego actualizado) tenía prevista la consecución para 2030 del autoabastecimiento de esa gramínea en esta isla.

En la actualidad, dicho programa enfrenta muchos problemas, pero debido a iniciativas científicas pretende recuperarse y resolver las dificultades.

Señaló como antecedente, que dichos planes comenzaron en 1967 bajo la iniciativa del líder de la Revolución Cubana Fidel Castro (1926-2016), cuando tuvo en cuenta a este cereal como un alimento estratégico para el país.

Esa idea consideró la posibilidad de almacenar dicho alimento sin procesar y favorecer a partir de su alto contenido de calorías.

Dijo que cada gramo puede aportar tres kilocalorías y eso lo hace muy importante en la dieta de los cubanos.

Recordó que esta nación requiere más de 600 mil toneladas de arroz por año para cubrir la canasta familiar normada y el consumo social, pero la realidad indica que esa amplia demanda debe ser satisfecha, en más de las dos terceras partes, por la vía de la importación, y no precisamente desde naciones cercanas.

Linares reseñó que de cara a lograr dicho propósito, debían sembrarse unas 200 mil hectáreas, obtenerse un rendimiento de seis toneladas por hectárea, y lograr una producción del cereal húmedo de un millón 200 mil toneladas, para permitir obtener las mencionadas 600 mil toneladas de arroz al año.

A su juicio, hasta 2018, el referido programa marchó satisfactoriamente. Significó que en dicho año Cuba rompió el récord histórico de producción de arroz, con 304 mil toneladas. Aunque se esperaba una campaña favorable para el calendario siguiente, los resultados cayeron hasta las 246 mil 700 toneladas un año más tarde.

De ahí hacia acá declinó la producción, que aparece muy limitada debido, en lo fundamental, a la carencia general de insumos, así como de las piezas de repuesto para las combinadas arroceras.

Para 2022, los volúmenes del alimento descendieron considerablemente. La razón de dicho declive progresivo la atribuye a la convergencia de varias causales. Mencionó entre estas los dos años de pandemia de la Covid-19, incluida la pérdida de la cadena de suministros.

Por demás, una importante influencia resultó el reforzamiento de las medidas del bloqueo del Gobierno de Estados Unidos, la inclusión de Cuba en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo y, en fecha más reciente, el conflicto bélico en Ucrania.

Debido a esas razones, los planes para 2023 todavía son bastante bajos, con alrededor del 40 por ciento de cuanto estaba previsto a esta altura en el programa de desarrollo. Esto significa que se debía sembrar 140 mil hectáreas, y alcanzarán plantar en este calendario 68 mil.

Pese a tal situación, el experto consideró que la situación podría revertirse al comenzar el paulatino despegue en el propio 2023, y consolidarlo en, al menos, un trienio.

En tal sentido, el Director concedió especial importancia a la implicación de la ciencia, la técnica y la innovación en el renacer de la esfera.

Sobre el particular, las empresas del sector trabajan para convocar al pensamiento científico y creativo de la nación, a respaldar a los cerca de 25 mil productores del cereal existentes en la Isla.

El objetivo –precisó– es fomentar y desarrollar un grupo de tecnologías endógenas que permitan el despegue, sin esa amplia demanda de recursos de los que se carece.

Depositó esperanzas en el desarrollo de la producción de arroz agroecológico, y el trasplante y creación de nuevas variedades, con el objetivo de retomar e impulsar el programa.

Según su criterio, una real fortaleza para país es su consolidado programa de semillas, al contar con 12 variedades en producción a lo largo del país, programa fortalecido por los proyectos de colaboración con Vietnam y Japón.

Y concluyó al decir que Cuba cuenta con variedades de ciclo largo, medio y corto. Además, acotó el funcionario, hay en desarrollo otras cuatro variedades de ciclo corto y baja exigencia de insumos, capaz de sustentar las esperanzas en resolver tales problemas.

(Tomado de Prensa Latina)

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