Antonio Guiteras y Carlos Aponte: sangre revolucionaria entre las paredes de El Morrillo

Guantánamo.- “Yo no me dejo coger vivo”, fueron las últimas palabras que se le escucharon al líder de Joven Cuba. Y allí, entre aquellas paredes de El Morrillo, cerca del río Canímar, en Matanzas, quedaron los cuerpos aniquilados. Una bala de rifle le rompía el corazón a Antonio Guiteras Holmes, aquel joven de 29 años y en breve, la metralla extinguía además, la vida del venezolano Carlos Aponte. Caían en combate dos grandes revolucionarios latinoamericanos. Amanecía el 8 de mayo de 1935.

Había caído el Gobierno de los Cien Días y Antonio Guiteras Holmes y Carlos Aponte pretendían salir a bordo del yate Amalia, para preparar una expedición armada y promover el movimiento insurreccional en Cuba. El plan era entrar por Oriente, subir la Sierra Maestra y allí formar su guerrilla para enfrentar al ejército de Batista. Sin embargo, fueron delatados por el capitán de la policía Carmelo González, quuien era  amigo de Guiteras desde los tiempos de estudiante.

Antonio Guiteras…

“El Antonio Guiteras que yo conocí era un muchacho serio, afable, profundamente encariñado con su madre y su hermana (…). Yo lo veía llegar todos los días al apartamento que ocupaba María Teresa Holmes con su hija Calixta (…) exactamente frente al que ocupaba yo (…). Así lo describe la escritora Renée Méndez Capote, en su libro Amables figuras del pasado.

De enérgica figura y lo más puro del movimiento nacional revolucionario cubano, Antonio Guiteras Holmes, de había nacido en Filadelfia en 1906, el 22 de noviembre, pero su familia se establece en la primera década del siglo XX en la ciudad de Pinar del Río y años después, ingresa en la Facultad de Farmacia de la Universidad de La Habana.

De sus padres, recibió una educación que luego influyó en el desempeño de su vida política en el país. Elocuente fue su participación en el Directorio Estudiantil Revolucionario, contra la prórroga de poderes para frenar el aplazamiento del brutal régimen de Gerardo Machado.

El 12 de agosto de 1933, cuando es destronada la dictadura Machadista, Guiteras asume la Secretaría de Gobernación en el llamado Gobierno de los 100 días. Se convertiría en el exponente más radical del heterogéneo gabinete al proclamar un conjunto de leyes y disposiciones de gran impacto social. 

La aplicación de la jornada de ocho horas en la industria azucarera, establecimiento de salarios fijos, la rebaja del precio de artículos de primera necesidad y la legalización de los sindicatos, fueron algunas de estas disposiciones. A ellas se les sumó la  intervención de la mal llamada Compañía Cubana de Electricidad y la reducción del 45 por ciento en el precio de sus tarifas. Sin embargo, ello no simpatizó a los yanquis pues lesionaba directamente sus bolsillos.

Había pasado a la clandestinidad desde la asunción de Carlos Mendieta a la presidencia de la república, identificada como Gobierno Caffery-Batista-Mendieta por la participación que tuvieron el embajador de Estados Unidos, Jefferson Caffery, y el jefe del Ejército, Fulgencio Batista. Para Guiteras, asumir el clandestinaje era lo inmediato.

Entonces fundó la Joven Cuba, estructura diseñada para llevar a cabo la lucha guerrillera y de células en las ciudades y donde esbozó un programa de reformas dirigido a beneficiar a la mayoría de la población. Se imponía su directa participación en  actividades revolucionarias en contra de la dictadura.

Su pensamiento nacional, liberador y antiimperialista se encuentra bien expuesto en los documentos que escribió, y quedó evidenciado en su corta pero intensa vida de joven revolucionario.  Guiteras representaba la esperanza de un futuro mejor.

Carlos Aponte…

Carlos Aponte Hernández  había nacido el 4 de noviembre de 1900 en Venezuela  y combatió junto a Augusto César Sandino contra los invasores yanquis. Era  muy joven cuando en su país, se enfrentó a la dictadura de Juan Vicente Gómez. Tras la muerte de Sandino llega a Cuba. Había conocido a Guiteras por iniciativa del dirigente comunista Filomeno Rodríguez Abascal y posteriormente se integra a la Joven Cuba entre los más cercanos combatientes al líder cubano. 

Se inició como oficial del general Marcial Asuaje, cuando éste luchaba contra la tiranía de Juan Vicente Gómez. Atacó el pueblo de San José de Guaribe (Guárico) al quedar aislado después de los primeros combates contra las tropas de Gómez.Exilado en EEUU se unió a los desterrados venezolanos y cubanos.

Incorporado al ejército de Augusto César Sandino enfrentó a los ocupantes norteamericanos y ganó el grado de coronel en el campo de batalla en Nicaragua. Después de participar en procesos revolucionarios en Panamá, Colombia y Perú, se unió a la huelga de hambre de Julio Antonio Mella.

Posteriormente quedó impresionado con la proyección ideológica del joven ex ministro del Gobierno de los Cien Días y su modestia, por lo que se convirtió en su compañero inseparable. Tampoco vaciló en unirse a él para continuar la lucha. Fue entonces cuando Guiteras lo seleccionó para que lo acompañara a México, y luego regresar a Cuba al frente de una expedición armada a fin de derrocar al dictador Fulgencio Batista.

Los valerosos paradigmas de América latina, buscaron refugio en El Morrillo. Y fueron justo en aquellas paredes, donde se escuchó por última vez hace 82 años al líder de la Joven Cuba cuando agachado sobre el diente de perro y entre las uvas caleta, con su ametralladora cargada expresó: “Yo no me dejo coger vivo”, y con ello, la respuesta del caraqueño: “Compay, antes de rendirnos, nos morimos”.

 

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