Guantánamo.- Inquieta, jovial y enérgica pese a lo que aparenta su constitución física, es Ana. Una anciana de 101 años de edad, a quien la vida la premió con una numerosa familia, aunque no tuvo descendencia.
Hoy la visitan algunos de sus sobrinos, pero más se hace sentir la presencia de dos pequeños y su madre, a los que se ha apegado tanto, que forman parte de su cotidianidad. La alegría y compañía que le regala esta nueva familia que ganó, hacen que su vida parezca eterna, lo que la mantiene con más ganas de vivir.
El nuevo código de las familias, aprobado por voto popular este 25 de septiembre, refuerza la solidaridad y el afecto como ejes sobre los que giran las relaciones familiares.
Colectivo de autores, editores y gestores de contenido del multimedio Solvisión.