Maya Plisétskaya fue una bailarina de mucho coraje, reconoció hoy la prima ballerina assoluta cubana Alicia Alonso, quien junto a la estrella rusa marcó el ballet del siglo XX.
Ambas constituyeron el modelo a seguir por la mayoría de las bailarinas del mundo en la segunda mitad de esa centuria, instauraron sólidos paradigmas técnicos e interpretativos, y forjaron leyendas.
Plisétskaya fue una primerísima bailarina, su solo nombre evoca prestigio y era una mujer muy seria en su trato profesional, pero nunca brusca, y por lo menos conmigo siempre fue muy amable, contó Alonso a Prensa Latina.
La actual directora del Ballet Nacional de Cuba (BNC) recordó que el hermano de Plisétskaya, Azari Plisetski, fue durante años miembro de esa compañía y partenaire de ella en varias ocasiones.
Igualmente, rememoró las actuaciones de la prima ballerina assoluta rusa en esta isla en los años 1965 y 1968.
La artista interpretó en esta capital el pas de deux de La bella durmiente y la miniatura coreográfica La muerte del cisne en un programa concierto en el cual Alonso danzó un fragmento de Coppelia y La fille mal gardée.
A los pocos días, la rusa bailó junto al BNC El lago de los cisnes, una pieza con la que cautivó a personalidades de muchos países como el propio líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, durante una de sus visitas a la antigua Unión Soviética.
En la segunda visita a Cuba, Plisétskaya encarnó su personaje favorito, Carmen, una obra que el coreógrafo cubano Alberto Alonso creó a petición de ella y que aún permanece como una joya en el repertorio activo del Bolshoi de Moscú y del BNC.
La crítica le concedió el sobrenombre de “la reina del aire” en evocación de su salto y en su currículo destacan el Premio Lenin (1964), la Orden de la Legión de Honor de Francia (1986), la Medalla de Oro por los méritos en las Bellas Artes de España (1991) y el Premio Príncipe de Asturias (2005).
Sobre Alonso, Plisétskaya declaró en 1965 a la revista Novedades de Moscú: “Alicia es maravillosa, su clase cotidiana de ejercicios es una verdadera obra de arte. ÂíQué bailarina!”
La prodigiosa artista rusa falleció el pasado 2 de mayo en la ciudad alemana de Munich, a los 89 años de edad, a consecuencia de un fallo cardiaco.
Alonso no vaciló en catalogarla como una gran pérdida y tras elogiarla como mujer y profesional sostuvo: que descanse en paz.
