Abasto de agua: La “jugada” está apretada

Guantánamo.- “A estas alturas, me dice Lexis Suárez Ramírez, director de la Empresa provincial de Acueducto y Alcantarillados, tenemos que pensar en el peor escenario, para que nada nos tome por sorpresa mientras llega la lluvia que, al parecer, no nos favorecerá muy pronto”.

Con eso en mente, el también miembro del Grupo de enfrentamiento a la sequía -funcional desde hace cuatro meses- insiste en dos aspectos que sí podemos cambiar: Ahorrar y suprimir salideros. Lo otro, depende de importaciones o de arriba, bien arriba, del cielo en el que nadie -o casi nadie- manda.

¿Cuál es la situación, en concreto?

“Muy tensa, con solo el 22 por ciento de llenado de los principales embalses (apenas 82 millones de metros cúbicos), y 107 mil personas afectadas por la sequía en todos los municipios, aunque la mayoría concentradas en GuantánamoManuel TamesImíasSan Antonio del Sur y Maisí.

La presa Faustino Pérez, que abastece a la mayor parte de la ciudad de Guantánamo, tiene solo siete de 26 millones de metros cúbicos, de los cuales cuatro se consideran volumen muerto, por citar el ejemplo más significativo.

Pero no son solo los embalses. Son la gran cantidad de fuentes de abasto colapsadas, que es lo que ocurre con Los Plátanos y Caña Victoria en Manuel Tames, que tiene 8 mil personas afectadas, y con Maisí, donde esa cifra se duplica.

¿Defina afectados por la sequía?

Personas que recibían el agua regularmente y ahora tienen ciclos superiores a los siete días, y menos del per cápita. De esa cifra total, 96 mil disponen del servicio por tubería, y el resto son las 286 comunidades sin redes que se sirven por pipas.

¿Qué pasa? Que quienes antes tenían el servicio en sus casas, ya no lo poseen y también necesitan pipas, así que se afectan ellos y los habitantes de esas comunidades, las que antes recibían los tiros de siete a 10 días y ahora se pasan de 20.

Son más personas necesitadas para las mismas 12 pipas (de 38 en inventario) más tres nuevas donadas por China, disponibles para toda la provincia, a las que se suman ocho o nueve de la economía (empresas, entidades…), todo agravado por la persistente escasez de combustible, tanto en las tarjetas como en los servicentros.

En medio de ese escenario, funcionan los grupos de enfrentamiento a la sequía ¿Qué alternativas o soluciones han adoptado en esta etapa?

La idea es organizar que los recursos estén donde más se necesitan, movilizar los carros de la economía en apoyo al tiro de agua y crear puntos de fácil acceso, que son reservorios estatales o privados abastecidos, para que la población se sirva.

Esa última iniciativa viene de otros años, pero en estos meses creamos seis en Manuel Tames; Maquey, en Guantánamo; y Palma Clara, en Baracoa, en este último caso por rotura del equipo de bombeo.

¿Se ha invertido para hacer frente a la sequía, eso se habla, se conoce…, pero esas obras han tenido el impacto que se preveía, el necesario?

Con el volumen actual de la Faustino Pérez, estaríamos mucho peor, con ciclos de entrega de más de 40 días, si no se hubiera invertido en conductoras, bombeos, conexiones…

Hoy, por ejemplo, Faustino, de mil 200 litros por segundo (l/s) que requiere la urbe, solo entrega 270, que se complementan con los 250 l/s por medio del Canal Camarones, los 200 l/s de la conductora Jaibo-Bano, más el bombeo Bano, que aporta 150 l/s. Todas obras para mitigar la sequía.

Aquí entran el ahorro y la disciplina, tan necesarios para el bien colectivo, pero a veces incomprensibles individualmente…

Es muy importante que la gente entienda la gravedad de la situación por el déficit de agua, y no derroche. Nos pasa, por ejemplo, en San Justo que tiene salideros, pero también mucha indisciplina social, personas que dejan llaves de derrame abiertas, lavan carros, riegan jardines.

No hace mucho, por quejas de vecinos de Maqueisito que no recibían agua, recorrimos la conductora con miembros de la Dirección Integral de Supervisión y encontramos varias acometidas ilegales, que retiramos, con la multa correspondiente. Y problema resuelto.

Proyectamos controles a la conductora de Argeo Martínez a Guantánamo, pues ya en un momento encontramos personas que se habían conectado de manera ilegal, y no descartamos que reincidieran o haya nuevas ilegalidades.

¿Por qué hay zonas, como San Justo, más estables que otras, si se abastecen de la misma fuente?

Los ciclos están definidos de acuerdo con la infraestructura creada para conducir el agua… Nos pasa con algunas zonas del centro y de El Caribe, que se benefician por varias vías, incluido un expreso que va al Hospital y tiene población asociada.

¿Cómo se garantiza la calidad del agua?

Cuando las presas bajan sus volúmenes se incrementa el arrastre de algas, de suciedad…, a pesar de eso logramos aplicar clorogas o hipoclorito de sodio al agua que surtimos y logramos un 99 por ciento de potabilidad, vital para evitar enfermedades diarreicas agudas asociadas.

Mientras, siguen amaneciendo nuevos salideros…

Si hay algo que empaña nuestro trabajo son los salideros. Logramos suprimirlos en las grandes conductoras, pero quedan algunos al interior de la ciudad de Guantánamo, sobre todo el casco histórico, en tuberías de hierro fundido que requieren de plomo para soldar, muy deficitario.

Faltan accesorios para las tuberías de PEAD, pero también hay un componente humano importante. No puede ser que usted tenga el reporte de una rotura, y la solucione a las dos semanas. Es cierto que no podemos inventar el agua, pero cuidar la que tenemos sí es posible.

Otra mirada

Recurrente en estas páginas, el ingeniero Alexey Aranda Bonne, director de Inversiones de la Delegación provincial de Recursos Hidráulicos, se centra en los impactos de las obras de los últimos años y las proyecciones a corto, mediano y largo plazo.

¿Cuánto se invertirá este año y cuánto de eso, para mitigar la sequía?

Tenemos un plan de inversiones de 98, 6 millones de pesos, inferior al del año precedente, del cual hemos ejecutado a estas alturas un 33 por ciento. La mayoría de ese dinero, como pasa en los últimos años, es justo para mitigar -no acabar, ni resolver- el impacto de la sequía.

Lo más cercano fue la terminación de la conductora Jaibo-Bano, con valor de uso desde enero pasado, en apoyo sobre todo a la zona de El Caribe, pues solo con la entrada de las bombas previstas en esa inversión, podrá impulsarse esa agua para sortear alturas, y distancias.

Esta -le advierto- es una pregunta que se repite. ¿Considera la Delegación que han sido efectivas las obras contra la sequía?

Totalmente. ¿Cuál es el problema? El primero es que cada año las sequías son más intensas, más extensas… Hay que ver cómo corre en su cauce normal el río Bano hoy, que no levanta de las rodillas.

Lo otro es que no hemos sabido comunicar de dónde viene el agua, que la gente sepa que si los puntos altos tienen, es por las conexiones del 9 Norte y el 4 Oeste, y la del 1 Norte y el 5 Oeste, se enteren de cómo reforzamos al hospital en plena pandemia con una conductora expreso, por citar algunos ejemplos.

Estamos a menos de dos meses del periodo lluvioso… En ese intervalo, hay alguna obra de esas que salvan el día?

Aunque no tendrá valor de uso, es importante la terminación de la conductora desde el río Corojo hasta el tanque de Caña Victoria, que será la solución definitiva para el abasto al poblado de Manuel Tames, y otros aledaños.

También, en abril, debe concluir la conductora de abasto a Hatibonico, en Caimanera, que viene desde una estación de bombeo que vamos a rehabilitar en Ullao Viejo, también para el poblado ejecutaremos una segunda estación en un pozo que da 4 l/s, con una bomba híbrida, que trabajará con paneles y electricidad de la red, y que tenemos en la mano.

¿Y la ciudad de Guantánamo?

Una de las proyecciones es que lleguen las bombas de la obra Jaibo-Bano, pues no es tanto la diferencia en volumen de agua como lo que supondrá en cuestiones de impulso, pero todavía están en proceso de importación y no tenemos fecha aún.

A largo plazo, hay varias proyecciones. La definitiva, la más abarcadora, es el Trasvase Norte Sur; pero también hay variantes como una conductora de 23 kilómetros para abastecer la urbe desde La Yaya; o desde los pozos de Santa Rita, en la Sierra Canasta.

También a futuro, se plantea la presa de Obando como solución para Maisí, una conductora desde la presa Los Asientos para el Valle de Caujerí, entre otras…

¿Se ha logrado incrementar el uso del agua subterránea?

Todavía en Guantánamo nos falta cultura -y hechos- al respecto aunque, este año, se planificaron cuatro pozos: La Llana y La Cana, en Maisí; uno en San Antonio del Sur, y otro en la ciudad de Guantánamo.

Es importante explotarlos para servir a la población esa agua de elevada calidad; además porque hoy, para proteger el abasto humano, estamos restringiendo a la agricultura, pero no podemos dejar de pensar en ella, pues significa comida.

Tomado de Venceremos

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