El Gobierno de Venezuela denunció las nuevas amenazas realizas hoy por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de intervenir militarmente el país sudamericano, en clara violación de los principios de la Carta de la Organización de Naciones Unidas. Confirmado: Estados Unidos cerca militarmente a Venezuela (+ Infografía, Mapas y Videos)
Mediante un comunicado emitido por el Ministerio de Relaciones Exteriores, las autoridades de Caracas rechazaron las declaraciones del jefe de Estados norteamericano, quien reiteró que ‘todas las opciones siguen sobre la mesa’, en relación con derrocar la Revolución bolivariana, como lo viene planteando desde el 11 de agosto de 2017.
Asimismo, la cancillería repudió que Trump esta vez extendió la amenaza para los pueblos de Cuba y Nicaragua, al asegurar el fin del sistema socialista a nivel mundial.
Por otra parte, el jefe de la Casa Blanca, ‘ante el evidente fracaso de su agenda golpista que tiene como objetivo instaurar en Venezuela un gobierno títere que avale el saqueo de sus recursos, pretende ahora dictar órdenes a los militares venezolanos de desconocer la Constitución’, reseña el texto.
En ese sentido, el documento destaca que Washington demuestra -una vez más- su poca comprensión del espíritu de lealtad de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), ‘forjado en el legado de lucha de Simón Bolívar y su valiente Ejército Libertador’.
Al respecto, el Ejecutivo venezolano exige el cese inmediato de todas las medidas coercitivas y unilaterales aplicadas en su contra, las cuales ‘configuran un ilegal y criminal bloqueo contra la ciudadanía’.
Por último, el comunicado explica a la comunidad internacional que cualquier perturbación de la paz en Venezuela será responsabilidad del Gobierno supremacista de Estados Unidos y su presidente.
Desde la Universidad Internacional de Florida, Trump instó este lunes a la FANB a dejar pasar la ‘ayuda humanitaria’ y así desconocer las órdenes del comandante en jefe del componente castrense.
Analistas confirman que la supuesta asistencia ha sido utilizada históricamente por Estados Unidos como una herramienta política para la intervención.
