Un tumbáo de Guantánamo y para el mundo (+ Videos y Fotografías)

Guantánamo. – La primera vez que disfruté de la actuación de “Mitumbáo” fue en el escenario del Café Cantante “América” en la ciudad de Guantánamo, o al menos eso creí yo. En aquella ocasión, la sonoridad, la armonía musical, el repertorio y el espectáculo visual que ofrecía el grupo, eran disfrutables en su máxima expresión. – Algo de estos músicos me resulta conocido– me dije en aquel momento, para luego comprobar que se trataba de un reencuentro con una esencia creativa, mejorada en una propuesta más versátil.

Actualmente la agrupación desanda, con paso fuerte, los caminos del pentagrama en la provincia más oriental de Cuba y despunta entre sus similares, por sus toques de originalidad y distinción. Todo ello no es más que una evolución lógica y necesaria, según me cuenta el cantante Ramón Durruthy Labasto, conocido cariñosamente por todos como Mongo.

“El grupo es resultado de la transformación del septeto Tumbáo del Monte” del cual yo fui integrante al igual que el Gigante – Israel Soria Olivares – y Mandy – Mardin Moreira Pérez -. Hoy somos un grupo nuevo y estamos deseosos de dar lo mejor de nuestro talento, en cada uno de los escenarios que nos reciban.

Felipe Aguilar Velazco, es el actual director de este conjunto y sobre sus inicios en él me cuenta:

“Yo llego al grupo cuando este era exponente del changüí… como un músico más. Desde el principio me interesé porque estaban haciendo una música diferente y se centraban en el espectáculo visual, en la puesta en escena. Traté de aportar mis ideas y cuando el antiguo director Cesar Almaguel Speck, salió de la agrupación, en el 2015, me cedió la dirección. El Centro Provincial de la Música me designa también para ese papel, un reto significativo, teniendo en cuenta que nunca me había acercado de manera tan profunda al changüí y tuve que estudiar la historia de este género musical, para aceptar esta nueva aventura.

De conjunto con Yecenia Ramírez Sosa, realicé una investigación, para identificar las debilidades y fortalezas de la agrupación y a partir de eso, crear una estrategia para el desarrollo del grupo, que respondiera integralmente a las necesidades existentes.

Lo primero fue trabajar, definir los objetivos, el público al que deseábamos llegar, lo que implicó ampliar el repertorio y convertirnos en una agrupación musical, que defiende el changüí, fusionado con otros ritmos cubanos. Hacemos música popular bailable, en su más amplio espectro, con capacidad para complacer al más exigente de los bailadores.

Luego trabajamos en la identidad visual, aparejado a la promoción. Presentamos esa estrategia en el Centro Provincial de la Música y fue aceptada. Se trata de una concepción integral que ha permitido la transformación positiva desde lo que fuimos a lo que somos actualmente: una orquesta, que cuenta con 10 integrantes, a la expectativa de encontrar una voz femenina y otro artista que contribuya con su talento a la agrupación”

En el escenario, armonizan dos trombones, guayo, tres, tumbadora, bajo, paila, dos vocalistas principales, un teclado y una flauta, este último un instrumento poco convencional en la música popular bailable que se hacen en Guantánamo.

 “Tradicionalmente la flauta se concibe como un instrumento de pachanga y concierto, pero yo creo y estar en el grupo así me lo ha demostrado, que todo depende de la creatividad. En la música todo es posible”

 

En la música y en la vida, siempre que se ponga empeño. Tal y como lo hace Grettel Pozo Ubals, flautista y cantante de Mitumbáo, quien combina sus estudios de derecho, los quehaceres del hogar y su auto-preparación musical, con los ensayos y presentaciones.

“Estar en una orquesta como esta impone disciplina, responsabilidad y capacidad colaborativa. Porque no se trata solo de tocar, sino de cantar, bailar e interpretar, hacer todas esas cosas a la vez y hacerlas bien para satisfacción del público, que es lo más importante.” – me asegura.

Felipe agrega: “Por eso es porque no todos los músicos pueden ser parte de Mi Tumbaó. No se trata de tocar un instrumento, sino de interpretar piezas y enriquecerlas, en el más amplio sentido de la palabra: tocar, cantar, bailar, hacer reír, improvisar, armonizar; eso solo lo pueden hacer los creadores, los artistas.”

Los arreglos musicales son clave para el éxito. Actualmente cuentan con un repertorio de medio centenar de piezas de los más diversos géneros que van desde el son, la guaracha, el chachachá y el bolero, así como la más auténtica música guantanamera, sobresaliendo el changüí, el nengón y el quiribá. También incluyen la timba cubana, mezclada con otros ritmos caribeños como la plena, la cumbia y el merengue, me explica Dairon, el director musical.

“Los arreglos son especiales porque los músicos los hacen especiales. Es algo que creamos en conjunto. El director o yo hacemos una propuesta, pero todos participan en el montaje de la pieza y aportan sus ideas, de esa manera el trabajo se enriquece. Es una experiencia muy grata ver como todo cae en su lugar.”-

A su contagiosa musicalidad se suma un versátil repertorio, el vestuario que ofrece elegancia y distinción a cada una de sus presentaciones y la proyección escénica, que incluye un demandante trabajo coreográfico, para cada uno de sus integrantes. El resultado se deja ver en el escenario y en los pies inquietos de los bailadores, quienes tararean y disfrutan sus vibrantes interpretaciones.

El camino desandado es solo el preludio de lo que está por venir. El fenómeno musical de Mi Tumbaó es algo para disfrutar, pero la esencia de la agrupación va más allá, pues apuesta por aparejar el desarrollo melódico con la promoción, el marketing y la defensa de las tradiciones más autóctonas del territorio.

“Los músicos de este grupo llevan a Guantánamo en cada actuación y queremos aprovechar las singularidades de esta provincia, la única que en Cuba cuenta con tres patrimonios de la humanidad: La Tumba Francesa, el Parque Alejandro de Humbolt y los cafetales franceses. Contamos con el único Zoológico de Piedra del mundo y son cosas que queremos destacar y que las personas de otros países las conozcan, al igual que a Baracoa y sus maravillas naturales y culturales, la cual es el escenario de nuestro primer video clip.

También estamos en las redes sociales, en Facebook, Twitter y Youtube, así nuestro trabajo deja de tener un perfil local para volverse global y hemos tenido muy buenos resultados con esta estrategia”

A pesar de que se amplía el espectro, se mantiene la esencia, pues en cada presentación siempre hay un lugar para el Changüí.

“Soñamos también con llegar a escenarios internacionales y promover el changüí como género, que lo conozcan y lo bailen a partir de nuestra música” me asegura Ramón.

Si algo define a este conjunto es su energía y sus deseos de triunfar. Saben que suenan y se ven diferente. Funcionan como un acertado engranaje, así lo define Grettel:

“No se trata del trabajo de una sola persona, el Director planifica, orienta, consulta y delega. Cada integrante juega su papel dentro del grupo y por eso todo funciona.”

El modelo de gestión marca la diferencia, pues Mitumbáo evoluciona como una especie de empresa musical autogestionada, que asegura desde las presentaciones hasta la compra del vestuario y la realización de sus videos promocionales. El primero de estos musicales tendrá su estreno inicios del 2018.

El tema “Llegó Mitumbáo” da vida a una historia audiovisual contada desde las singularidades, tradiciones y belleza natural de Baracoa, paradisíaco paisaje escogido por el joven realizador guantanamero DaRoDe – Daniel Ross Dieguez-. La canción será una de las incluidas en un fonograma que prepara la agrupación, en el que pretenden compendiar solo composiciones de autores de la provincia cubana.

Por sus valores como agrupación, es comprensible que hayan compartido escenario con figuras tan relevantes del panorama musical cubano como Osmel Francis, Elito Revé, Manolito Simonet o Pancho Amat. Así mismo se han presentado en importantes eventos como La Fiesta del fuego, el Festival Internacional de la Trova “Pepe Sánchez”, en Santiago de Cuba, el Festival Internacional de Cine Pobre, en Gibara, Holguín y la Fiesta a la Guantanamera. También protagonizaron una gira por centros culturales de ARTEX, en todo el país y se presentan habitualmente en el Café Cantante del Cine “América”

“Tratamos de imponerle a todo nuestro sello, desde la mezcla de la flauta con los trombones, como los metales de la agrupación, hasta la inclusión de un instrumento poco común como el silbato, característico de la samba.

“Este tiene una historia muy interesante – me cuenta Felipe– yo siempre lo tuve y nunca pensé en usarlo en la música, pero al llegar al grupo uno de sus integrantes, un señor de 80 años, alguien que desbordaba energía y la imprimía en nuestra música, lo empleaba como preámbulo de la bomba, el punto más alto de la canción, lo que creaba o crea una especie de expectativa en el público e incluso entre los mismos músicos. Él continuaría con nosotros de no haber fallecido.  Mantener el silbato es como un eterno homenaje y también una marca.”

Conversar con sus integrantes, verlos en escena, disfrutar de su sonoridad es reconocer en Mi Tumbaó el poder de la diferencia, la fuerza y el sabor de la auténtica música cubana.

 

 

 

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