Savón ante su nuevo reto

Los nuevos retos del boxeador guantanamero Erislandy SavónLa carrera deportiva de Erislandy Savón ha estado llena de escollos. Y justamente en el cierre de este año, al púgil guantanamero le ha aparecido un nuevo examen: mudarse a los superpesados (+91 kilogramos), luego de conquistar el bronce olímpico en Río de Janeiro 2016 y la corona mundial en Hamburgo 2017 como crucero, en los 91 kg.

Savón, al inicio de su accionar competitivo, tuvo que sobreponerse a las ineludibles y absurdas comparaciones con su tío Félix, triple titular olímpico y dueño de seis coronas universales en los pesos pesados. Poco a poco, evento tras evento, este boxeador de la tierra del Guaso se fue labrando su propio camino y hoy Erislandy aparece desligado de la magnificencia del Rey Félix.

Sus primeros años no fueron del todo exitosos. Las añoradas medallas en grandes eventos internacionales se le hicieron esquivas y varias de sus derrotas fueron cuestionadas por el implacable público que pedía resultados. Contra dichas críticas este joven del oriente cubano batalló en silencio para demostrar su calidad.
Casi diez años le tomó a Savón escalar lo más alto del podio, sin embargo, ahora tras alcanzar su medalla de oro en suelo alemán, por decisión estratégica de la preselección cubana de boxeo, tiene que incursionar otra vez en +91 kg.

Sobre este polémico cambio, motivado por las dificultades que afronta Julio César La Cruz para hacer 81 kilogramos –ya estando en 91 kg–, Savón dialogó con Granma durante la celebración del 56 Campeonato Nacional de Boxeo Playa Girón, en Sancti Spíritus, evento en el que se llevó el metal dorado en su nuevo peso.  
–¿Cómo asumes tu retorno a los +91 kg?

–«Es un reto para mí, de los más grandes en mi carrera deportiva. Esta es una división superior, aquí los golpes pesan más, ahora todo es más difícil. Subir de categoría me obliga a ganar en peso corporal. En estos instantes estoy pesando 92 kilogramos, creo que si llego a los 95 kg me voy a sentir muy pesado sobre el ring y puedo perder movilidad, afectándose mi estilo de combate.

«Este cambio lo he asumido con bastante normalidad, no era lo que pretendía, pero la vida personal de un deportista siempre está llena de nuevos retos, obstáculos y metas por conseguir. Tengo que ver este movimiento como un nuevo objetivo a vencer, ese tiene que ser el enfoque. No puedo ver esto de forma negativa porque no ganaré nada si asumo esa actitud.

«Acepté el cambio porque tengo la estatura y la experiencia necesaria para regresar a los superpesados. Para nada es una situación que signifique el fin de mi carrera, rivales buenos a nivel mundial hay en todas las divisiones. De una u otra forma los tienes que enfrentar, llámense como se llamen. Mis resultados cinco años atrás en +91 kg no tienen nada que ver con el Erislandi Savón del presente».

–Hace cinco años estuviste en +91 kg, sin embargo, en los 91 kg alcanzaste tus mayores logros. ¿Crees que puedes ser exitoso en la máxima división del boxeo?
–«Creo que se puede llegar a ser el mejor del mundo en la división de +91 kg. Ese propósito requiere de más trabajo, más entrenamiento y más estudio de los rivales. He tenido el apoyo de los entrenadores y de mis compañeros luego de recibir esta noticia. No se puede ver este cambio como una fórmula forzada para tener un boxeador exitoso en +91, división que es la de menos resultados internacionales para Cuba desde hace varios años.
«Yo estoy bien anímicamente, hay que seguir para adelante. Un boxeador no puede afectarse con estos movimientos, son cosas que pasan en algún momento de tu carrera, ejemplos sobran».

–¿Existe algún plan para encarar las primeras competencias en el  2018?

–«Ahora mismo no existe ningún plan táctico. Eso será más adelante. Los entrenadores y yo queremos en estos dos meses (diciembre y enero) ganar en peso corporal con una buena alimentación y mantener la fuerza en el golpeo. Creo que los 94 kilogramos es el tope máximo, sin que implique una pérdida de movilidad sobre el ring.

«Necesito ganar en resistencia, si bien es cierto que seré uno de los boxeadores más rápidos en +91 kg. Por eso necesito prepararme mejor para hacer fallar a los contrarios cuando lancen sus rectos y evitar las peleas en la corta distancia».

–¿Existe la posibilidad de regresar a los 91 kilogramos?

–«Esto es un cambio estratégico porque a Julio César La Cruz se le hace cada vez más difícil estabilizarse en los 81 kg. Por eso se decide moverlo a él a los 91 y a mí hacia la categoría inmediata superior. No hay nada definido, apenas llevamos un mes con el cambio y ambos tenemos que adaptarnos a los nuevos rivales. Quizás para las competencias fundamentales, díganse Juegos Olímpicos y Campeonatos del Mundo, retornemos a nuestras anteriores divisiones, eso dependerá de muchos factores».

–¿Qué representa quedar entre los diez deportistas del año en Cuba?

–«Me ha dado mucho ánimo ubicarme entre los diez atletas del 2017 en Cuba. Ese premio es el colofón al buen año que tuve en la arena internacional. Ahora que estoy en +91 kg voy nuevamente para que en el 2018 se me tenga en cuenta en esa selecta lista. No he ganado nada en +91, pero por algún lado tengo que empezar y esta corona nacional marca el primer paso».

 

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