Protección de los derechos humanos, un derecho que reclama estar al derecho

Protección de los derechos humanos, un derecho que reclama estar al derechoGuantánamo.- Siete décadas han transcurrido de aquel 10 de diciembre de 1948 en que vio la luz la Declaración Universal de los Derechos Humanos; la adopción fue en París, Francia y significó un paso de avance en defensa de la existencia de la Humanidad. Aún cuando es un documento no obligatorio ni vinculante para los Estados, constituyó el punto de partida para la creación de las dos Convenciones Internacionales de la Organización de Naciones Unidas, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

La Asamblea General de las Naciones Unidas en su tercera sesión aprobó la Declaración por 48 votos a favor, y 8 abstenciones, y desde ese entonces se convirtió en un instrumento jurídico de gran validez que nadie puede desconocer si realmente. Consta de un preámbulo  y 30 artículos, que recogen derechos de carácter político, social, económico y cultural.

Los artículos 1 y 2 recogen principios básicos en los que se sustentan los derechos: Libertad, igualdad, fraternidad y no discriminación. Los artículos 3 al 11 recogen derechos de carácter personal.  Del 12 al 17 exponen derechos del individuo en relación con la Comunidad. Del 18 al 21 recogen derechos de pensamiento, conciencia, religión y libertades políticas. Del 22 al 27 derechos económicos, sociales y culturales. Y los artículos del 18 al 30 repasan las condiciones y límites con que deben ejercerse estos derechos.

“Dignidad y justicia para todos nosotros” es el lema que convoca la celebración en todo el mundo, y más que un slogan propone un reclamo consciente al compromiso de las naciones de todo el planeta con la dignidad y la justicia de niños, hombres y mujeres que le habitamos.

Desde su aprobación, la Declaración ha sido un incentivo para el despliegue de múltiples esfuerzos nacionales e internacionales, con el objetivo de promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales. Sin embargo, la cuerda no hala parejo en el desequilibrado rectángulo geográfico del mapamundi, la no discriminación, la igualdad, la equidad y dignidad humana como preceptos defiende, no se  aplican a todos, ni en todos los lugares, ni en todo momento.

La inseguridad y la pobreza se extienden a paso aterrador sobre la Tierra, hundiendo en su lodo a los pueblos y naciones, impidiéndose de esa manera, el pleno goce de los derechos humanos.

Varios son los países signatarios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que celebran hoy el Día Internacional de los Derechos Humanos, no obstante, sus disposiciones parecen quedar en terreno baldío en muchos de ellos, sus estados y gobiernos la incumplen sin recibir sanciones efectivas por tales violaciones. 

El Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos y el de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales suscriptos en 1966, por mencionar algunos, son de cumplimiento obligatorio para los firmantes, sin embargo, también se quebrantan en muchas naciones.  

Las guerras y agresiones impulsadas por el Gobierno de los Estados Unidos y sus aliados en nombre de la lucha contra el terrorismo y por la libertad son muestras concretas del mal ejemplo, lo que refleja que el problema de la obligatoriedad de las disposiciones supranacionales sobre los estados que lo componen aún es muy débil.

Cuba podría ser sin falta la otra cara de la moneda, con el Triunfo de la Revolución el Primero de enero de 1959, quedó atrás más de un siglo miserias. Los cubanos cuentan con educación y salud gratuitas y de calidad; cultura, empleo y seguridad social son derechos obligatorios y para el disfrute de todos, haciendo más humano al ser humano. Mas, aún hay mucho por hacer a escala internacional, no se trata de un lujo ni una lista de deseos, la Declaración Universal de Derechos Humanos y sus valores básicos han de ser duraderos y ante todo, nos ataña a todos.

Garantizar que los derechos que se hagan efectivos en la realidad es el mayor reto y por el que los países y regiones del mundo deberán continuar trabajando.

La Humanidad necesita que se le proteja, “todos los seres humanos nacen iguales y  libres en dignidad y derechos”. Ojalá que este precepto del primer artículo de la Declaración de los Derechos Humanos sea un derecho que finalmente pueda disfrutarse al derecho, por todos, y en cualquier rincón del mundo.

 

 

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