Por los senderos de nuestra historia: Jóvenes periodistas en la ruta martiana

Guantánamo.- Rendir tributo al Héroe Nacional cubano, José Martí, en el aniversario 121 de su llegada a Cuba precisamente por costas guantanameras y agasajar al líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, en ocasión de su nonagésimo cumpleaños en agosto próximo, fueron las motivaciones para los 17 profesionales de la prensa que en un inusual periplo llegaron hasta Rancho Tavera, lugar de especial significación para los guantanameros.

En este lugar Martí, Máximo Gómez armaron su tercer campamento, luego de haber desembarcado por Playita de Cajobabo el 11 de abril de 1895, para incorporarse a la Guerra Necesaria, contienda que el Apóstol había preparado desde el exilio para de una vez y por todas liberar a su patria del yugo español. En este intrincado terreno, rodeado de montañas y dentro de una tupida vegetación el Apóstol fue ascendido a Mayor General del Ejército Libertador.

La partida

Despertamos a las 4 de la mañana, noche tupida aún y ninguna estrella se avista en el cielo, porque las nubes prometen una jornada húmeda. Damos los últimos detalles al equipaje, ligero, pero completo. Mochila, gorra, casa de campaña, pomo de agua. Estamos listos.

Vamos hasta el punto de encuentro y a pesar de que el día aún no levanta y el sueño no abandona del todo el cuerpo, el café estimula los ánimos y esclarece el juicio y los ojos. Poco a poco amanece. El transporte tarda un poco ¿o es la impaciencia de empezar el camino?

Algunos de los presentes han recorrido ya está ruta y no es menos cierto que el entusiasmo por lo desconocido nos impulsa. Llega la guagua, montamos todo lo necesario ¿No se queda nadie? Partimos.

Atravesamos la ciudad y empieza a colarse en el ómnibus el frío aire de la carretera en la madrugada. La carretera que comunica Guantánamo con Baracoa no está muy concurrida, tal vez por la hora.

Avanzamos a buen ritmo y como siempre, luego de largos platanales, paisajes rocosos y otros detalles que entretienen la vista, aparece de golpe el mar y sin importar cuántas veces lo hayas visto, una vez más inunda los sentidos: lo ves, lo hueles, lo escuchas, le perteneces. La costa revela la cercanía de las playas el Guanal y Tortuguilla, espacios propicios para el veraneo y el esparcimiento, pero aún estamos lejos.

De a poco se anuncia San Antonio del Sur, municipio costero de Guantánamo, en el que paramos solo para avisar al personal de la Emisora de Imías “Radio Playitas” que estamos en camino. Allí nos esperan tres compañeros que se sumarán a la cruzada, otros dos provenientes de la Radio y la Televisión en Baracoa, la primera villa de Cuba, aguardan en lo que sería nuestra tercera parada.

En la guagua vamos 12, la mayoría jóvenes periodistas de los medios de prensa provinciales, que se ubican en la capital guantanamera.

Unos minutos más de camino e Imías salta a la vista, allí se prepara la carrera 11 de abril, evento deportivo en el que este año participan más de 300 atletas de todas las provincias del país, pero tampoco es el centro de nuestro viaje, así que proseguimos.

Un tramo después aparece Cajobabo. En la playa desembarcó Martí, hace ya 121 años, y el monumento erigido a propósito es casi un sitio de visita obligada para los hijos de esta tierra, sin embargo nuestra cruzada tiene otro fin.

Arribamos a Vega del Toro sobre las 10.00 de la mañana, el sol no calienta tanto, el día está nublado y luego de desmontar nuestro equipaje la guagua se retira.

Navegando el Jojó… en tractor

Alguien nos explica que tenemos que recorrer algo más de cinco kilómetros monte adentro, pero un tractor nos ayudará a hacer el camino. El río Jojó serpentea por toda esta geografía agreste, en la que hoy habitan familias campesinas, dedicadas a la ganadería o al cultivo del café y el cacao.

El tractor llega y todos subimos sin comprender muy bien lo que sucedería luego. Arranca el motor y 100 metros adelante se muestra el primer paso del río ante nosotros, el vehículo no aminora la velocidad, se mete en el agua para sorpresa de algunos de nosotros. Todo marcha, no es la primera vez que los lugareños navegan el Jojó en este tractor.

Tierra, agua, piedras, se suceden en el trayecto de cerca de 50 minutos hasta “El Descanso” comunidad campesina a la que arribamos luego de atravesar 18 pasos del río. Nos recibe una familia afable que será nuestra anfitriona, acamparemos aquí, pero unos kilómetros más arriba aún nos aguardan sorpresas.

Dejamos las cosas innecesarias, para alivianar el viaje, recuperamos fuerzas, una deliciosa limonada nos refresca. Observamos todo lo desconocido, el río con su murmullo a menos de 50 metros, la cocina tradicional de leña en la que se cuece el buen café que degustaremos en minutos, las casas alrededor, los paneles solares que brillan en el techo y que auguran electricidad para la noche.

 

Unos 30 minutos y partimos, pero andamos poco antes de detenernos nuevamente. Los niños de la escuela multigrado “Camilo Cienfuegos” nos esperan para mostrarnos cuánto saben de Martí, de su paso por esta zona y de su significación para la historia cubana.

Sonrisas, fotos, palabras de halago para los infantes y maestros, el agradecimiento de todos y de nuevo al sendero empinado, en busca de nuestro destino final. El río no nos abandona, más o menos cinco veces vuelve a cruzarse en la ruta, ya es un grato compañero.

Rancho Tavera: lugar de historia

Estamos llegando, una modesta cerca demarca el lugar y lo primero que vemos es un rancho que se levanta en medio de una variada arboleda, pero antes, en el camino hay una tarja.

Todos escuchamos atentos la explicación de Emilio Ortiz Hernández, encargado de la preservación de este lugar.

“Mi familia ha tenido siempre el honor de salvaguardar este monumento erigido en tan importante sitio. Mi hermano estuvo a cargo de esto primero que yo, pero se mudó y el gran que ello implica ahora me corresponde a mí. Me siento honrado y orgulloso por lo que Martí significa para nosotros, para Cuba y para el mundo.”

En palabras sencillas, pero sentidas, nos explica como conserva este lugar y cuenta que regularmente llegan hasta aquí personas de la provincia y de otras partes de Cuba e incluso de lejanas naciones, para ver, con ojos propios los montes que describía el Apóstol en su diario de campaña.

No es difícil imaginar a Martí sudoroso, efervescente, incansable, caminando estas empinadas lomas, atravesando la sinuosa corriente de agua cerca de una veintena de veces, para llegar a aquel lugar donde hoy se erige una tarja que rememora el tercer campamento que realizara el maestro luego de su desembarco por Playita de Cajobabo.

Alguien nos aclara: no fue en el rancho donde Máximo Gómez lo promoviera a Mayor General. Emilio, ágil y presto se acerca al sendero y señala un recodo más abajo, casi a la margen el río, frente a la Cueva de Tabera.

Yisel Figueras Peña, una joven que cursa el 5to año de la carrera de periodismo, da lectura a la proclama de apoyo a la declaración de la Unión de Periodistas de Cuba, a Telesur, ante la arbitraria decisión del Presidente argentino Mauricio Macri, de cerrar las emisiones de este canal en esa país. Desde este sitio, por donde una vez anduviera el mayor periodista de las Américas, las palabras sonaron aún más firmes y claras.

Hay muchas otras cosas por contar de Rancho Tabera, de El Descanso, de la gente hermosa que vive por esos campos y podemos decirlo gracias a la Primera Cruzada de Jóvenes de la Prensa e Guantánamo, una aventura que nos llevó de la mano de la historia hasta el tercer campamento de la ruta martiana en la provincia de Guantánamo.

Nuestro asombro y admiración se multiplican no solo por la paz, la belleza y la significación de cada palmo de estas lomas por las cuáles el más universal de los cubanos un día caminara. También hacen su parte la sencillez de la gente que habita estos campos, su honestidad, sacrificio y la materialización del empeño del gobierno cubano de hacer una revolución con todos y para el bien de todos.

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