Poner el corazón en la Salina

Guantánamo. – Los trabajadores de la industria salinera Frank País de Caimanera en Guantánamo obtuvieron aumentos salariales de más de mil pesos el pasado año. Sin embargo, tal efecto materializado con el crecimiento de la productividad laboral y el valor agregado de sal a la economía nacional, no les convocó a celebraciones durante la asamblea de presentación e información del plan y el presupuesto económico para el año en curso.

Al encuentro acudieron convertidas en interrogantes y análisis los asuntos más urgentes para el cumplimiento de los indicadores físicos que consolidan a esa UEB como la más productiva de las pertenecientes a la ENSAL en Cuba.

Cómo mantener estos resultados, con qué aseguramientos y condiciones, cuán preparado está el capital humano disponible y otras aristas inherentes tuvieron el despegue necesario en un tópico insoslayable: el mantenimiento de transporte y maquinarias.

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Invocado así por más perecedero ante las exigencias de una actividad ligada al desgaste y la corrosión de los equipos, la sostenibilidad industrial motivó reflexiones en torno a la identificación sistemática de vulnerabilidades y riesgos más comprometedores.

Asimismo, hablaron de capacitar a los mecánicos para evitar contratiempos y demoras en medio de situaciones emergentes, una idea esgrimida por Agustín Rojas, jefe de mantenimiento del taller industrial de la UEB, quien considera que “la clave está en hacer perdurables las tareas de mantenimiento”.

Incentivos para mejorar la calidad del producto y de la acción que realizan a todos los niveles, así como de generar ese principio entre las rutinas de labor, para garantizar la confiabilidad del encargo como fondo exportable también se escucharon durante el intercambio.

En tanto, instaron a la importancia del uso y aseguramiento de los medios de protección (gorros y nasobucos), garantías adscritas al presupuesto de Salud y Seguridad en el Trabajo que pese a las constricciones económicas jamás el país ha dejado de asignar”.

En la reunión que contó con la presencia de José Cabrera Cabrera, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de Energía y Minas, obreros con la piel curtida por la sal y la dura exposición a químicos como el plomo, gases tóxicos y ruidos ensordecedores comprometieron sus bríos a una mayor producción salinera este año. Un ímpetu que parece ser sentencia en una entidad con más de un siglo explotando la sal en Cuba.

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