Plan para cerrar cárcel en Guantánamo marcó semana noticiosa en EE.UU.

Guantánamo (Redacción Solvisión)  El plan del presidente Barack Obama para cerrar la cárcel que Estados Unidos mantiene desde 2002 en la base naval de Guantánamo, en el sureste de Cuba, marcó la semana noticiosa en Estados Unidos.

Con esta iniciativa, presentada el martes al Congreso y rechazada de inmediato por el liderazgo republicano, el gobernante pretende resolver en los últimos meses de su mandato uno de los problemas más acuciantes que enfrenta.

La prisión que funciona en ese enclave militar ubicado en territorio cubano contra la voluntad del Gobierno y del pueblo de la isla, estuvo en el centro de numerosas denuncias de organizaciones defensoras de los derechos humanos e instituciones internacionales.

La opinión pública recibió numerosas denuncias sobre las torturas y malos tratos que recibían los individuos allí recluídos, en su mayoría privados de libertad por tiempo indefinido, sin que se les presentaran acusaciones oficiales a una buena parte de ellos.

Al presentar la propuesta para cerrarla -de difícil implementación según expertos en el tema- Obama afirmó que dicha penitenciaría drena recursos millonarios y resulta contraproducente para los intereses norteamericanos de seguridad nacional.

La estrategia de cuatro partes del gobernante prevé el traslado de unos 50 detenidos hacia centros de máxima seguridad en territorio continental norteamericano -para lo cual el Pentágono explora poco más de una docena de opciones, y el resto hacia otros países.

Varias figuras republicanas en el Capitolio rechazaron de inmediato la iniciativa del jefe de la Casa Blanca y dijeron que el texto murió al arribar al Legislativo.

El líder de la mayoría republicana en el senado estadounidense, Mitch McConnell, pidió a Obama abandonar sus planes para cerrar la cárcel y descartar finalmente de forma categórica una medida de ese tipo, porque como comandante en jefe de las fuerzas armadas tiene que abstenerse de dar una orden directa que es ilícita.

En contraste, la exsecretaria de Estado y precandidata demócrata a las presidenciales de noviembre Hillary Clinton apoyó la propuesta del mandatario y la calificó de una señal de fortaleza y determinación.

A juicio del diario The New York Times, la prisión en la base de Guantánamo es uno de los capítulos más vergonzosos en la historia de la nación norteña.

Desde que asumió su mandato en enero de 2009, Obama prometió cerrarla, pero no le fue posible, debido a la oposición de congresistas del partido rojo y otros sectores políticos conservadores en Estados Unidos.

El número de detenidos en Guantánamo ahora asciende a 91, de los cuales el Gobierno espera reasentar 35 en otros países para este verano. De los 56 restantes, 10 fueron sancionados por terrorismo o sus casos están pendientes en los tribunales militares, y otros 46 quedan con un futuro incierto.

En medio de todo este debate, expertos en el tema señalan que la Casa Blanca también tiene pendiente analizar el reclamo de las autoridades cubanas de que se le devuelva el territorio ilegalmente ocupado por dicho enclave castrense desde hace más de un siglo, elemento fundamental para lograr la normalización de los nexos bilaterales.

La Habana también reclama el levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero, impuesto contra la mayor de las Antillas por el Gobierno norteamericano desde hace más de cinco décadas, el cese de las transmisiones ilegales y de los programas subversivos contra la isla.

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