A dos mil 309 ascendieron hoy las víctimas fatales del terremoto que el sábado estremeció a Nepal, una cifra que pudiera aumentar según avancen las tareas de búsqueda entre los escombros.
El último reporte oficial, publicado por el Ministerio del Interior a poco de caer la tarde dominical, refirió que también recibieron heridas de diversa consideración cinco mil 850 personas.
Según el parte, el distrito más afectado fue el de Katmandú, con casi la tercera parte del total de los muertos y cuantiosos daños materiales.
De 7,9 en la escala de Richter, el movimiento telúrico tuvo su epicentro en el distrito de Lamjung, 75 kilómetros al noroeste de esta capital, pero también fue perceptible en la India, Pakistán, China y Bangladesh. Le siguieron más de 50 réplicas con magnitudes de 4,6 a 5,1 grados.
Según testimonios, duró algo más de medio minuto, un lapso en el que destruyó miles de viviendas y edificios, cortó carreteras y servicios eléctricos y telefónicos, y causó una avalancha que sepultó a un grupo de alpinistas en el campamento-base del Everest.
En ese punto fueron recuperados 22 cadáveres, pero a distintas alturas del monte más elevado del planeta estaban decenas de escaladores. El Ministerio de Turismo admitió desconocer el destino de 217 de ellos, la inmensa mayoría extranjeros.
Por su parte, la Oficina de Naciones Unidas en Katmandú calculo en 6,6 millones los afectados por el sismo.
“Estamos listos para ayudar al gobierno de Nepal a responder a esta terrible tragedia”, dijo el coordinador residente de la ONU, Jamie McGoldrick.
Las cifras de damnificados que adelantó la ONU incluyen a muertos, heridos y a quienes perdieron viviendas y otras propiedades de valor.
McGoldrick apuntó que las agencias de la ONU presentes en Nepal trabajarán bajo la dirección del gobierno de este país, con apoyo de un equipo de evaluación de desastres de Naciones Unidas llegado a Katmandú este domingo.
Hoy, poco después del mediodía local, un segundo terremoto sacudió a la pequeña nación del Himalaya. Su epicentro se localizó en el distrito de Kodari, unos 110 kilómetros al norte de Katmandú y a una profundidad de 10.
Aún llorando a los fallecidos, atentos al más leve movimiento del suelo, los nepaleses reaccionaron despavoridos ante la nueva remezón, que también sorprendió a los rescatistas empeñados en remover los escombros con la fatal certeza de que debajo yacen muchas personas muertas.
