Guantánamo.- Un país sufre y duele; Mozambique, donde varias ciudades fueron duramente azotadas por el ciclón Idai, que con vientos de 170 kilómetros por hora dejó hasta la fecha más de 700 muertos, 110 mil personas sin hogar y cuantiosos daños materiales. La solidaridad cubana no se hizo esperar.
A los 372 médicos de la isla que ya se encuentran prestando sus servicios en esa nación; 36 de ellos arribaron el 14 de marzo pasado cuando el fenómeno hidrometeorológico tocó tierra por primera vez. Hace apenas unos días se envió un hospital de campaña, con el personal y la logística necesaria.
En la madrugada de este miércoles otros 40 profesionales de la salud del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve, creado por Fidel Castro, partieron hacia ese país africano que cuarenta y dos años atrás visitara el líder de la Revolución cubana. Integran la brigada unos 16 médicos, 22 licenciados y dos del área de servicios procedentes de La Habana, Matanzas, Pinar del Río y Villa Clara.
Allí están ellos con esa carga de amor que nos caracteriza y que ha llegado a 160 países donde han atendido a millones de personas y han realizado también millones de intervenciones quirúrgicas.
Aunque la fecha oficial de inicio de la colaboración médica cubana se considera el 23 de mayo de 1963, con el envío de la primera brigada a Argelia, cuyos 55 integrantes brindaron su quehacer por 12 meses, en 1960 Cuba llegó con un grupo emergente a Chile, afectado por un intenso terremoto que dejó miles de fallecidos.
Desde entonces la mayor de las Antillas ha contribuido en todos los continentes con aportes concretos en la cooperación fuera de fronteras, tanto asistencial como docente, y desarrollado las capacidades nacionales mediante la formación y capacitación de los recursos humanos.
Inspirados en el ejemplo internacionalista de Ernesto Che Guevara, los hombres y mujeres de ciencia y conciencia, siguen poniendo bien en alto el nombre de su patria y el de Fidel, quien afirmó que Cuba comparte lo que tiene y no lo que le sobra. Por eso, los profesionales cubanos, que tienen en su aval una épica labor durante la pasada epidemia de ébola en África occidental, trabajarán arduamente en Mozambique y ayudarán a atenuar los efectos en la población de una calamidad natural de gran magnitud.
