Medicina cubana, aliciente para mucho más

Medicina cubana, aliciente para mucho másLas estadísticas sanitarias sostienen que del 15 al 35 % de la población diabética tendrá una úlcera del pie diabético en algún momento de su vida.

En los Estados Unidos, alertan, el 25 % de los millones de diabéticos sufrirán una úlcera de este tipo, cuyo tratamiento cuesta en ese país unos 20 000 dólares; en tanto una amputación mayor puede llegar a los 70 000. Solo las úlceras del Pie diabético y las amputaciones cuestan al sistema sanitario estadounidense 30 billones de dólares.

América Latina por su parte, tiene estimados entre 35 000 a 50 000 dólares los gastos por paciente entre la aparición de una úlcera a la amputación de la extremidad.

Pero no son estas las únicas lesiones de este tipo, complejas y costosas. Bien lo explica el doctor José Fernández Mon­te­quín, especialista de primer y segundo grado en Angiología y Cirugía vascular, y médico cubano pionero en la aplicación del Heberprot-P.

“Por ejemplo —dice— las úlceras venosas de la pierna tienen una prevalencia del 1 % de la población total y dicha incidencia aumenta con la edad. Si hay un protocolo terapéutico adecuado, el 50 % de ellas cicatrizan en cuatro meses, pero un 20 % no lo hace en dos años y el 8 % no lo hace siquiera en cinco años. En Estados Unidos el costo global para esta entidad  puede llegar hasta 100 millones de dólares al año; en Reino Unido, supera los 190 millones de libras”.

Y es que, para el profesor Montequín, ello sucede porque las úlceras y heridas complejas forman parte de una serie de patologías que en el mundo actual constituyen un nicho científico, humano, solidario y económico que debemos y podemos abordar.

“Son rechazadas, no son admitidas a veces en los hospitales y suelen ser abordadas por diferentes especialidades, sin que se logre darle la respuesta de curación adecuada que requieren. Es por ello que la industria asociada a la Medicina ha capitalizado la respuesta terapéutica a estas graves y severas complicaciones de heridas y úlceras, procurando curar, pero sin obtener soluciones consolidadas. Por otra parte, no siempre son bien diagnosticadas y tratadas”, explicó a la prensa el especialista.

Además de las conocidas úlceras por pie diabético, mencionó dentro de las principales úlceras y heridas señaladas como complejas para su curación, las venosas; las que se forman por presión, stress y que se conocen comúnmente como escaras; las úlceras traumáticas; las hipertensivas, ateroscleróticas, sicklémicas; las heridas de abdomen abierto, las estomas y otras heridas y úlceras varias.

“Curar una úlcera compleja, o una herida de diversas causas, supone factores que influyen en los costos económicos de su curación y muchas veces el uso de recursos inesperados”, explicó el profesor sobre los diversos elementos psicosociales que pueden provocar el retardo de la cicatrización de estas lesiones.

Para que un producto en esta área sea considerado en rango de éxito, puntualizó, debe lograr la cicatrización de la lesión en menos de 120 días.

Cuba, y su red de investigadores, médicos y especialistas, debe sentirse entonces dichosa de poder contar en su arsenal terapéutico con fármacos de probada efectividad en esta materia, entre los cuales se encuentra el reconocido Heberprot-P, para el tratamiento de las úlceras del pie diabético; y el cómo ha disminuido significativamente la tasa de amputación de miembros inferiores en el país así lo demuestra.

Pero resulta además estimulante que la medicina cubana pueda dar respuesta a una seria problemática en el mundo y con pocas vías de solución, como lo son las úlceras y heridas complejas.

Se trata, aseguró el doctor Jorge Alberto Miranda Quintana, presidente de la Comercializadora de Servicios Médicos Cu­banos (CSMC S.A) de un programa único especializado para la cicatrización de estas lesiones basado en metodologías cubanas de tratamiento y en una serie de productos disponibles en el sistema nacional de salud y que se utilizan para la atención de los pacientes cubanos; con un enfoque de atención multidisciplinaria, pues incluye la participación de angiólogos, fisiatras, podólogos, nutricionistas, entre otros profesionales, y énfasis en la atención humana del individuo.

Entre los productos que incluye esta estrategia clínica para el tratamiento de las úlceras y heridas complejas, el doctor Montequín mencionó la aplicación intralesional y perilesional de Factor de Crecimiento Epidérmico Humano a forma recombinante (Heberprot-P) en las dosis recomendadas, láser terapéutico y ultrasonido de baja frecuencia de uso local; así como la administración oral de medicamentos cubanos de aplicación lógica para estas úlceras y heridas a tratar.

Dentro de estos últimos mencionó el Prevenox y Abexol; fármacos utilizados como antioxidantes —y que constituyen en nuestro país un armamento terapéutico útil para los pacientes a los que debe mejorarse la calidad de vida—, y método de prevención. También el Policosanol, un alifático de la caña de azúcar que tiene acción demostrada como antiagregante plaquetario, para problemas hemostáticos, e hipolipémico; así como el PV2, el Nutriforte, Polivit y otros vitamínicos.

Se suma a este programa la ozonoterapia, terapéutica en cuyo uso Cuba junto a Italia, España y Alemania, marca el paso con notables resultados, y costos más bajos en ofrecer que otros países, precisó el experto.

La oxigenación hiperbárica y la reposición de piel en fase de cicatrización, con piel de cerdo liofilizada, un producto del hospital Frank País, con aciertos en el tratamiento de quemaduras, y que ha sido utilizado con beneficios en diferentes tipos de úlceras, se incluyen dentro de la estrategia.

El sistema de salud cubano, aseguraron los ponentes, permite la combinación de entrecruzar, en su proceso de tratamiento a varias instituciones médico asistenciales y de salud.

“Este programa tendrá la virtud de ofrecer terapéuticas cubanas, producto de años de investigación y desarrollo, tanto en el área de ciencias básicas y laboratorios como en la práctica clínica quirúrgica. El hecho de tener universalizados y con derechos totales los programas de salud en el ámbito nacional, permitirá que los pacientes extranjeros que soliciten la asistencia con este programa terapéutico y preventivo, lo puedan hacer en diferentes unidades de salud del país, de acuerdo con su conveniencia”, explicó el doctor Montequín.

La Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos S.A. (CSMC S.A.), que arribará el próximo 11 octubre a su quinto aniversario, funciona a nivel nacional con 16 sucursales. Tiene contratos en 22 países con 57 negocios, y trabaja con más de 140 agencias de viajes. Mantiene seis alianzas de negocios estratégicos en Cuba, con el Ministerio del Turismo, el grupo empresarial BioCubaFarma, el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación, el Ministerio de Educación Superior y el propio Ministerio de Salud Pública, entre otros, para brindar servicios especializados de salud, en siete modalidades de atención, donde predominan los servicios médicos y académicos.

“Nuestros servicios en todo el territorio nacional tienen la potencialidad de hacer coincidir el desarrollo tecnológico de la Medicina y las universidades cubanas con los polos de desarrollo turístico del país”, comentó el doctor Miranda Quin­tana, quien considera que los más de tres millones de turistas que llegan a Cuba cada año pueden beneficiarse de nuestros servicios y resultados.

La competencia, el desempeño, la sapiencia y el compromiso de la ciencia y la medicina cubana, han dado grandes logros a este pueblo, y pueden seguir ofreciendo mucho más al mundo.

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