Los motivos del Sí juvenil

 Los motivos del Sí juvenil
Guantánamo.- Motivos suficientes para tiene la  juventud cubana para este 24 de febrero dar en las urnas el Sí a la nueva Constitución, se sabe heredera de las mejores tradiciones de luchas de este pueblo, condición que la distingue y compromete.

No alcanzarían unas cuartillas para recordar el papel de los jóvenes en nuestra historia: La acera del Louvre, el fusilamiento de los ocho estudiantes de medicina, las gestas libertarias del 68 y el 95, la Protesta de los trece, el Moncada, la Sierra Maestra, la Campaña de alfabetización, Girón, la Crisis de octubre, la zafra del 70, los trabajos voluntarios, las misiones internacionalistas en Angola y en otras tierras del mundo.

La inteligencia y el altruismo para enfrentar el período especial, la presencia cubana en Venezuela, Pakistán o más de 80 países donde se requiera de nuestros médicos, las marchas por el niño Elián o nuestros Cinco Héroes, las múltiples tareas encomendadas por Fidel y Raúl, la recuperación de ciclones, bien lo saben en Baracoa o Maisí, y ahora luego del tornado ocurrido en la capital. Son auténticos ejemplos del protagonismo de nuestra juventud.

El legado de Carlos Manuel de Céspedes, Ignacio Agramante, José Martí, Antonio Maceo, Máximo Gómez, Villena, Trejo, Pablo de la Torriente Brau, Camilo, Frank País, José Antonio, Mella, el Che y muchos otros está en cada uno de sus actos.

Los cubanos hemos resistido casi 60 años un cruel e injustificado bloqueo que nos impone múltiples privaciones, pero poseemos una gran riqueza: la dignidad.

Los jóvenes cubanos son entusiastas, patriotas, inteligentes, cada vez más cultos, humanitarios, jaraneros y profundos.

Se les ve en un trabajo voluntario o ascender al Pico Turquino para honrar al Maestro, y luego, exhaustos pero alegres, mirar las estrellas mientras cantan una canción de Silvio o Buena Fe, esos textos que ya no podrán olvidar.

Cientos de manos militantes dan su aporte en las áreas agrícolas o en los cafetales guantanameros.

Es cierto que algunos ya no están, que se marcharon y nunca más volverán a entender nuestros cantos y esperanzas, pero muchos enfrentaron con hidalguía los años más duros del Período especial, y rieron y gritaron ¡Sí por Cuba!, mientras calzando unos zapaticos con suela de cámara de carro, marcaban en una cola para comprar hamburguesas.

Recuerdo a Roly, el mejor alumno de mi año en la universidad, al que muchos conocían no sólo por sus conocimientos, sino también por aquel pitusa en el que, cual símbolo de resistencia, no había lugar para colocar una etiqueta más.

La calidad humana es el mayor orgullo de la Patria, y muy en alto está hoy la palabra deber, la cual muchas veces nos separa de los seres queridos, enrumbándonos en importantes misiones.

 Así es la juventud cubana de hoy, esa que mayoritariamente dará el Sí este 24 de febrero. Por saberse de una generación que se enorgullece de su principal riqueza: ser digna. Eso es lo más importante.

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