Los Leñadores de Las Tunas tienen en sus manos la posibilidad de acceder a la final de la 61 edición de la Serie del Caribe de Béisbol.
Si el equipo cubano vence esta tarde a los Cardenales de Lara se produce un triple empate en el grupo A con 2-2. Con cualquier marcador ganador le favorecería el Balance de Calidad de Equipo (TQB), sistema de desempate que se emplea en la competencia.
Las matemáticas son bondadosas con Cuba en este caso. Los Charros de Jalisco finalizaon con balance neutro (0) mientras Venezuela muestra un balance de 0,015, que con una derrota se convertiría en negativo.
Cuba en este momento tiene un balance negativo (-0,007) pero una victoria le daría un vuelco total a los números, y la clasificación a la escuadra antillana.
Más allá de los números, Pablo Civil debe sacudir el line up. Espero que le de una oportunidad al receptor capitalino Oscar Valdés porque Yosvany Alarcón ha estado bien inefectivo sin hits en diez turnos y con cinco ponches.
Otro candidato a salir de la convocatoria inicial es Yurisbel Gracial . Alexander Ayala se movería a tercera y Yordan Manduley o Carlos Benítez abrirían como regulares.
Con Manduley se asegura defensa y con Benítez mayor ofensiva aunque esta última opción mueve a Jorge Enrique Alomá al campo corto. Existen variantes para buscar más bateo, y Civil tendrá que manejarlas porque su conjunto apenas compila colectivamente para 188.
La carta de triunfo no puede ser otra que Lázaro Blanco. El derecho de Yara se presentó en gran forma en el debut de la selección antillana con siete entradas inmaculadas en la que solo le conectaron tres imparables.
Blanco solo tendrá cuatro días de descanso pero hay que jugársela con el mejor lanzador de Cuba en la actualidad.
Las matemáticas favorecen a los Leñadores. ¿Desenfundarán las hachas en el partido de vida o muerte?
