La siembra mecanizada llegó para quedarse

Guantánamo.- Irai Laffita Velázquez está muy contento con el desarrollo de las 3 hectáreas de maíz que sembró de forma mecanizada en marzo, cuando concluyó la cosecha de tomate en su finca, ubicada en la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Feliberto Rodríguez, del valle de Caujerí.

Recuerda que acogió con cierta reserva la propuesta de en su área emplear una moderna máquina sembradora recibida por la Empresa Agropecuaria de San Antonio del Sur, municipio en donde está enclavado el valle, por el programa Más Alimentos para Cuba.

Sobre la base de un crédito concedido por ese proyecto, Brasil suministró además tractores, máquinas cosechadoras, remolques y otros equipos para fortalecer la actividad agrícola e incrementar las cosechas de alimentos en la nación que resultan insuficientes hoy.

La oferta a Irai incluyó además el uso de una variedad mejorada de maíz, la PR-7928, desarrollada en Cuba, más la entrega de herbicidas y pesticidas.

No convencido del todo aceptó pero, por si acaso, como se dijo,  también sembró una hectárea a mano, con una variedad utilizada tradicionalmente. Cuando la máquina plantó sus 3 hectáreas en unas dos horas y media, se quedó impresionado.

“Es un equipo que surca, fertiliza, siembra y tapa el maíz de tal forma que al nacer usted ve la calidad de las plantas, con un desarrollo muy superior a las que sembré a mano”, afirma.

Afirma que cuando otros campesinos vieron su plantación de maíz, sembrada de forma tecnificada,  se embullaron y pidieron la máquina.

Este año en el cultivo están involucrados 320 productores de las 11 cooperativas y Unidades Básicas de Producción Cooperativa existentes en el valle de Caujerí, los cuales en conjunto entre marzo y abril plantaron 846 hectáreas de esta especie de gramínea.

“Tenemos el propósito de entre julio y agosto venideros acopiar más de mil toneladas de granos secos sería la cosecha más grande del cereal en la historia de la emblemática zona agrícola”, asevera Egueny Rodrìguez Martínez, especialista de la empresa agropecuaria.

Sería la cosecha más grande del cereal en la historia de la zona agrícola, emblemática en Cuba desde que fue visitada por el líder histórico de la Revolución Fidel Castro en julio de 1977, cuando trazó la estrategia de desarrollo del lugar y fundar con sus campesinos el movimiento cooperativo.

Claves para el resultado son las 108 hectáreas  favorecidas con la siembra mecanizada, el uso de la variedad PR-7928 y la aplicación de fertilizantes y pesticidas.

“El objetivo es obtener en ellas nunca menos de 4 toneladas por hectárea, precisa Maritza Frómeta Lobaina.

La especialista en la subdelegación de Cultivos Varios del Ministerio de la Agricultura (Minagri) en Guantánamo, apunta que ese rendimiento es unas tres veces mayor que el obtenido en el valle de Caujerí utilizando las variedades tradicionales Gibara y Tusita.

Frómeta precisa que de igual manera fueron beneficiadas 5 hectáreas en el polo productivo de Chapala, en el municipio de El Salvador, e igual cantidad en Vega Grande, Manuel Tames.

La técnica y la primavera

La producción aspirada en el valle de Caujerí representa alrededor del 30 % de todo el acopio de maíz que la Sub-delegación de Cultivos Varios planificó obtener en la provincia con la siembra de un total de 3 200 hectáreas, incluidas las tecnificadas, en seis municipios.

Niceto Pérez, Guantánamo y Yateras son los otros territorios que engrosan la lista y no se previó plantar en Maisí, Baracoa, Imías y Caimanera.

“El método tecnificado de siembra es lo mejor para incrementar las cosechas de maíz y otros alimentos con lo cual disminuir las importaciones que hace el país”, dice Maritza.

Según Irai, el socio de la CCS Feliberto Rodríguez, una de sus mayores ventajas es que logra un marco idóneo de siembra de 44 000 a 55 000 plantas por hectárea, algo imposible de hacer con la manera tradicional, a mano.

“Lo otro es la variedad que estamos utilizando, muy buena, da 3 a 4, casos de hasta 5, mazorcas por planta, mientras que el maíz tradicional da lo más 2”, apunta.

Egueny Rodríguez Martínez explica que la maquinaria de la empresa se prepara para en julio y agosto hacer la recolecta, pues la preparación de tierras y la siembra de maíz en el valle de Caujerí se hicieron de forma sucesiva, según fue concluyendo la recogida de tomate en los campos.

El especialista agrega que las condiciones del clima han sido muy favorables, con lluvias oportunas, buena humedad relativa y temperaturas no tan calurosas, lo que contribuye al óptimo estado de las plantaciones beneficiadas con el método tecnificado de siembra.

“Hacía 20 años que no sucedía una primavera así”, asegura.

Explica además que toda la cosecha del valle de Caujerí está destinada a la fábrica que tiene la delegación provincial del Ministerio de la Agricultura en Burenes, municipio de Niceto Pérez, para elaborar pienso fundamentalmente con destino a la alimentación de cerdos.

Mientras la recolecta llega, Irai Laffita Velázquez brinda especial atención a las 3 hectáreas de maíz bendecidas por la técnica y la primavera.

“La siembra mecanizada llegó para quedarse”, sentencia.

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