La píldora del “amigo” Obama

Guantánamo.- Al presidente número 44 de los Estados Unidos hay que reconocerle al menos dos cualidades: es un hombre inteligente y valiente. Obama es, sin dudas, un político capaz, educado en la filosofía capitalista del libre  mercado y, por su supuesto, en la creencia de la supremacía norteamericana sobre el resto del mundo.

 Digo que es valiente también porque en su mandato ha conducido políticas audaces, buena parte de ellas orientadas al intento de  promover un cambio en el injusto orden social y de distribución de la riqueza que prevalece en su país, lo cual resulta consustancial al sistema capitalista. Todos sabemos, sin embargo, que en la práctica nada ha podido hacer, porque allí no es el gobierno el que manda,  sino los poderosos grupos de poder  que dirigen las trasnacionales, o legislan en el congreso y el senado.

Por eso cuando uno lee detenidamente su intervención de hoy ante la prensa y, posteriormente en el foro de jóvenes emprendedores, no puede menos que olfatear el tufillo a embuste en cada una de sus palabras en las que te edulcora la píldora  con la que reviste la nueva política del imperio para intentar derrocar a la Revolución cubana, porque ahora reconocen a los cuatro vientos que fracasaron por más de 50 años en el acoso,  las amenazas y las agresiones de todo tipo.

De ahí que sus dichos de esta tarde sean recibidos por los cubanos con reticencias:  ““El destino de Cuba no debe ser decidido por EEUU o ningún otro país (…) El futuro de Cuba lo tienen que decidir los cubanos y nadie más”,; eso hemos hecho durante más de medio siglo, no sin la injerencia de 11 gobiernos del país más poderoso de la tierra: Estados Unidos;  “….  defenderemos los derechos humanos universales, incluido el derecho a la libertad de expresión, de reunión y de religión”;  el problema es que con ese pretexto han invadido a decenas de países en todos los continentes, asesinando niños, mujeres, ancianos, civiles, sin pruebas muchas veces,  y sin importarle nunca lo que piensan los pueblos agredidos.

“El embargo terminará, aunque no sabemos cuándo”;  , lo que sí conoce el presidente son sus prerrogativas,  pero va soltando a cuentagotas las amarras del bloqueo, prolongando innecesariamente las carencias y necesidades de los cubanos. No en balde  la firme posición del gobierno revolucionario al afirmar que es el principal impedimento para la normalización de las relaciones entre ambos países.

Y así por el estilo escuchamos al presidente de los Estados Unidos, prometiendo recursos, asesoría y participación directa de los Estados Unidos en los negocios de los jóvenes cubanos emprendedores;  y ante esa nueva embestida imperial uno tiene que saber administrar la píldora del “amigo” Obama, mirándolo de reojo y recordando la cita bíblica que alerta que es pecado el de las tantas palabras porque la verdad y la mentira están en tu boca. 

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