La leyenda hecha hombre

Cuba rinde tributo a Camilo CienfuegosGuantánamo. – Nuevamente el homenaje llega en forma de flor, roja, blanca, amarilla, no importa el color es el tributo desde el corazón a un hombre que se convirtió en leyenda o acaso en la leyenda que se convirtió en hombre; Camilo Cienfuegos.

 

Siempre será recordado con su jovialidad característica y la bravura que le hizo merecedor de un título: El Señor de la Vanguardia. Nació el 6 de febrero de 1932 en el seno de una familia humilde, y entró en la historia como el gran guerrillero de la Revolución cubana, como el hombre de confianza de Fidel Castro en los momentos difíciles de la guerra y el luchador abnegado que hizo siempre del sacrificio un instrumento para templar su carácter y formar el de la tropa.

Luego de conjurar la traición de Hubert Matos en el legendario Camagüey, donde escribiera tantas hazañas con su columna durante la invasión a occidente, Camilo desaparece en el mar a bordo de una avioneta azotada por una fuerte tormenta, cuando intentaba regresar a la capital del país.

Toda Cuba lloró al Héroe de Yaguajay, quien practicaba la lealtad como una religión, tanto hacia Fidel como a su pueblo. El Comandante Ernesto Che Guevara, su jefe y compañero en la invasión, lo describía así: “En su renuevo continuo e inmortal, Camilo es la imagen del pueblo”.

Camilo es uno de los sobrevivientes del desembarco del Granma, luego en la Sierra Maestra y en los llanos de Oriente, a golpes de audacia y valentía se gana el respeto y el cariño de sus compañeros. Su personalidad marca a todos los que le rodeaban.

En su diario, Camilo subraya en misiva enviada a Fidel con fecha 9 de octubre de 1958:

“Para comenzar le diré que desde que salimos de la zona de Cauto hemos caminado sin descansar una sola noche, cuarenta jornadas, muchas de ellas sin prácticos en la costa sur por orientación y brújula por guía, el viaje por esta zona fue desastroso, durante quince días marchamos con el agua y el lodo hasta las rodillas, cada noche evadiendo emboscadas y tropas situadas en los cruces que debíamos hacer… Tengo seguridad que llegaremos a Pinar del Río, los hombres estamos decididos, en ningún momento flaqueó la voluntad ni el ánimo, cuando más era el hambre, el sueño, el peligro, más decididos estaban.”

Este era el espíritu de sacrificio, el patriotismo de Camilo y su tropa, que asediados por centenares de soldados bien armados que contaban con aviones, tanques y carros blindados, recorrieron parte de la provincia de Oriente, todo Camaguey y llegaron a Las Villas con sólo tres bajas de la tropa rebelde, haciendo realidad una de los más grandes triunfos en el orden militar revolucionario.

Desde la desaparición de Camilo, en Cuba cada 28 de octubre los ríos y costas se llenan de flores como gesto de recordación al valiente guerrillero, de quien dijo Fidel: “No tenía la cultura de los libros, tenía la inteligencia natural del pueblo que lo había elegido entre miles para ponerlo en el lugar privilegiado a donde llegó con golpes de audacia, con tesón, con inteligencia y devoción sin pares”.

Así era el Comandante de la barba espesa, la sonrisa eterna y el sombrero alón, el Señor de la Vanguardia, imagen del pueblo.

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