La cuota del César y otra victoria cubana

GUantanameros desfilan por al plaza Mariana Grajales
Guantánamo.- Cuenta el Evangelio que los fariseos urdieron una trama para tratar de sorprender a Jesús de Nazaret en alguna de sus afirmaciones y le enviaron a varios discípulos con unos herodianos a preguntarle su consideración sobre el pago de impuestos al imperio romano; conociendo las malignas intenciones de sus interlocutores, contestó: “Den al César lo que es del César…”.

Hago referencia a este pasaje bíblico para, salvando las diferencias, hacer una analogía con la contundente respuesta que la mayoría del pueblo cubano acaba de dar al más poderoso imperio de la era moderna: los Estados Unidos y a sus lacayos de dentro y de fuera de la Isla.

La victoria del Sí, la aprobación de la nueva y revolucionaria Constitución con el 86, 85 % de los votos emitidos, es la mejor respuesta de los que habitamos en Cuba, heroica Isla del Caribe, que se resiste y se resistirá siempre a cumplir los designios del “gigante de las siete leguas”, como llamara José Martí al país norteño.

De nada les sirvieron las cada vez más crecientes campañas mediáticas para tratar de desacreditar y mostrar “la crisis” del modelo social cubano, que aun sabiendo que no es perfecto, rectifica lo que sea preciso y mantiene su esencia humanista en la búsqueda de mayor equidad y calidad de vida de la población, a pesar de las restricciones del bloqueo yanqui.

Hace unos días Donald Trump, en incoherente y retórico discurso en Miami hablaba del fin del socialismo. La mayoría de los cubanos este histórico 24 de febrero le dieron la respuesta necesaria.

Tanto en Cuba, como en la hermana Venezuela, una vez más, al imperio le sale el tiro por la culata. Ahora le queda, como viene sucediendo, remorderse en sus hieles y cobrar la cuota de aislamiento que le corresponde.  

En medio de las dificultades económicas que atraviesa la Isla, golpeada, en los últimos años por huracanes, y recientemente por un tornado en la capital del país, la conciencia de un pueblo alza nuevamente su voz de respaldo a la Revolución, que es respaldar también su soberanía e independencia nacional.

Entonces los cubanos le dieron al César de estos tiempos lo que le correspondía: la contundente victoria del Referendo Constitucional o lo que es lo mismo; otra lección de moral y patriotismo.

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