Honra Antonio Guerrero en Playita de Cajobabo a José Martí

Guantánamo.- El Héroe de la República de Cuba  Antonio Guerrero Rodríguez  honró hoy a José Martí, en el obelisco (Monumento Nacional) erigido en el lugar por donde desembarcaron el Apóstol y Máximo Gómez el 11 de abril de 1895.

Playita de Cajobabo: Pedazo de tierra sagrada para la Historia

 “Estar aquí es honrar a nuestro Héroe Nacional”, significó el luchador  antiterrorista, durante la actividad central por el 120 aniversario de aquel arribo heroico, presidida por José Ramón Machado Ventura, Segundo Secretario del Comité Central del Partido y vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros.

Ante el pueblo de Imías, que participó en la peregrinación hasta Playita, Guerrero Rodríguez  confesó que visitar este lugar entraña para cualquier patriota la evocación del legado del Apóstol, “quien dedicó su vida a la independencia de Cuba, y del cual heredamos un ideario que Fidel y la Generación del Centenario no dejaron morir”.

Subrayo que con su sacrificio y heroica muerte en combate,  el Fundador del Partido Revolucionario fue fiel a su principio:  hacer es la mejor manera de decir, “y por eso a nosotros nos compete seguir su ejemplo”.

El Héroe antiterrorista se refirió, en nombre de sus compañeros de prisión y de ideales, a la visita que, juntos los Cinco,  deben al pueblo de Guantánamo, y que no tardarán en materializar.

Cerca de ese rincón sagrado de la Patria, tuvo lugar el acto político cultural al que asistieron además Omar Ruiz Martín, integrante del Secretariado del Comité Central del PCC; Denny Legrá Azahares, primer secretario del Partido en la provincia, y Nancy Acosta Hernández, presidenta de la Asamblea del Poder Popular en Guantánamo.

Aliena Labañino Delgado, estudiante de duodécimo grado del Instituto Preuniversitario Protesta de Baraguá, reafirmó el compromiso de las nuevas generaciones de seguir combatiendo por los ideales de Martí y Gómez. 

Ambos ganaron tierra en este sitio, a bordo de un pequeño bote, el 11 de abril de 1895, luego de múltiples peripecias, fracasos y traiciones, y se incorporaron  a la guerra necesaria, acompañados de los brigadieres  Paquito Borrero y Ángel Guerra, el coronel Marcos del Rosario  y el capitán César Salas.

Durante las actividades por la gesta de Playita, varios jóvenes protagonizaron  un desembarco simbólico, se entregó el carné del Partido y de la UJC a más de una decena de imienses que con su conducta ejemplar merecieron el derecho de ingresar a  ambas organizaciones de la vanguardia política cubana, y se canceló un sello postal en ocasión de la efeméride.   

El 15 de abril de 1895, pocos días después de llegar a este lugar, “amanece entre órdenes”.  En esa fecha el alma de la Revolución Cubana escribe en su Diario de Campaña, que Máximo Gómez le dice (…) bello y enternecido, que, aparte de reconocer en mí al delegado, el Ejército Libertador, por él su jefe, electo en consejo de jefes, me nombra Mayor General. Lo abrazo. Me abrazan todos (…)

A los  hechos ocurridos a raíz de la presencia de los revolucionarios, incluido ese ascenso militar, se refirió en las conclusiones de la patriótica jornada René González Barrios, presidente del Instituto de Historia de Cuba, para quien “esta pequeña y apartada playita, constituyó un oasis para los expedicionarios, y es desde entonces sagrada para todos los  cubanos”.

Subrayó el historiador su seguridad de que Martí jamás imaginó que muy cerca de donde desembarcó para traernos la libertad, Estados Unidos establecería, en contra de nuestra voluntad soberana, una Base Naval, de triste e ignominiosa historia, que aun ofrende la dignidad de los cubanos.

El enclave, dijo, ha hecho, en cambio, del pueblo guantanamero, uno de los más combativos, antiimperialistas, y patriotas de Cuba. 

Tampoco imaginó –dijo González Barrios- que el nombre del gran pensador latinoamericano llegara a enarbolarse por seres deleznables que venden su alma a quienes pretenden destruir la nación.   Pero su verdadero pueblo vive con él, lo venera, y lo lleva a diario en lo más profundo de su corazón, en cada obra de construcción y desarrollo, acotó finalmente.  

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