Guantánamo.- Desde aquel Primero de Mayo de 1890, fecha acordada un año antes por el Congreso de la Segunda Internacional de París, el proletariado cubano tiene el honor de haber participado en el estreno mundial del Día Internacional de los Trabajadores.
Aquella lucha, incipiente por entonces, hizo que el Círculo de Trabajadores de La Habana organizara un desfile que culminó en un acto con más de 3 mil personas y una veintena de oradores.
Guantánamo fue cuna y su movimiento obrero pujante organización desde sus inicios para toda la nación, quizás por las condiciones laborales a las que estuvo siempre expuesto este pueblo, el cual sufre desde la frustrada República colonial, la ilegal usurpación de un tramo de su territorio donde se enclava la Base Naval yanqui de Caimanera.
En 1959, tras el triunfo revolucionario, Cuba vivía como nunca antes plena y absoluta independencia, conquistada en la lucha insurreccional que culminó el primero de enero de ese año con el derrocamiento de una de las dictaduras más sangrientas en América Latina, la de Fulgencio Batista.
El proletariado cubano se dispuso a celebrar la fecha, no con demandas laborales ni con los puños en alto para rechazar la represión, sino que esta vez, y desde entonces, pueblo y gobierno forman un bloque compacto para defender a la Patria.
Por eso cada Primero de Mayo la honra vuelve a asistir a quienes marchamos frente a los monumentos en las plazas de todas las provincias del país, sobre todo los que lo hacemos ante el rostro erguido de la madre de los Maceo en la que lleva su nombre en esta indómita ciudad de Guatánamo.
De ahí la convocatoria para que este Primero de mayo bajo la consigna central: Unidos en la construcción del socialismo, continuemos adelante en la construcción de nuestro sistema, celebramos el regreso de Los Cinco, hacemos causa común con la hermana Venezuela y rendimos tributo a los históricos líderes de la clase obrera cubana como Lázaro Peña y Aracelio Iglesias.
Dijo el Maestro, José Martí: “quien ama a la libertad, previsora y enérgica ama a la Revolución”, y también nos legó que “la justicia, la igualdad del mérito, el trato respetuoso de los hombres, la igualdad plena del derecho: eso es Revolución”. Y eso es lo que hoy más que nunca tenemos que defender a todo costo y a toda costa.
