Cuevas seguras ante Matthew

Guantánamo. 17 de octubre. – La noche y madrugada, del 4 y 5 de octubre, jamás podrán ser olvidadas por Onieska Barroso Matos y Ada Leyva Frómeta, vecinas de la comunidad de Punta Caleta, en Maisí, justo por donde penetró el destructivo huracán Matthew al territorio nacional.

Muchos de los habitantes de los poblados de Boca de Jauco y Punta Caleta, encontraron un sitio seguro para resguardarse en estos accidentes naturales que resistieron ante los embates naturales anteriores. Crecidas de ríos, tormentas, intensas lluvias, numerosos fenómenos han hecho a los campesinos de esta región trasladarse a esas grutas, para preservar la vida. Aquí les dejamos algunos testimonios de lo vivido ante los embates de Mathew.

“La fuerza del viento, el rugido que se escuchaba era aterrador. Yo estaba con mis tres hijos pequeños, uno de ellos de solo siete meses, y aunque en ocasiones nos mojábamos, teníamos confianza en que sobreviviríamos”, dice aún consternada Onieska, de 25 años de edad.

Ella, sus familiares y vecinos salvaron la vida gracias a que se refugiaron en una de las numerosas cuevas que existen en la región costera y montañosa del municipio de Maisí.

“Yo sentía los techos volar, el estruendo que provocaban el mar y los fuertes vientos y le pedía a Dios que nos protegiera, porque soy cristiana. Esa noche ha sido la peor de mi vida, en mis 64 años”, cuenta Ada Leyva, ahora más calmada.”

Las anécdotas estremecen, pero llena de optimismo ver a Onieska saludable con sus tres hijos, a la abuela Ada y al resto de los vecinos de Punta Caleta, quienes, gracias a las cuevas, refugios naturales bien seguros, pudieron salvar sus vidas ante los embates del huracán.

“Yo viví en estas cuevas dos meses –rememora Ada-, cuando hace 4 años el Río creció, y nos llevó la vivienda con todas las cosas adentro. Aquí esperamos hasta que, con la ayuda del Gobierno, pudimos terminar la casa, ahora más lejos del cauce”.

En la comunidad de Punta Caleta, como en el resto del territorio de Maisí, severamente afectadas por Matthew se impone la recuperación paulatina de los daños, no solo en las viviendas, sino también en las plantaciones agrícolas e instalaciones socioeconómicas.

“Pasamos momentos muy difíciles, algo que no podremos olvidar, pero lo importante es que gracias a estas cuevas pudimos salvarnos ante un fenómeno que nunca imagine enfrentar, y lo más importante es que estamos vivos y confiamos en que nos recuperaremos”, concluye Yunieska Barroso.

Fin de la conversación

 

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