Tendremos de nuevo un festival del bolero en Baracoa. Lo determinó el sentido común a la hora de decidirse en la Dirección Municipal de Cultura los eventos que merecían mantenerse en la programación de eventos artísticos el presente año.
Recordemos que la celebración del festival dedicado aquí al género por excelencia para cantarle al amor fue interrumpida hace tres años. ¿La causa? Se consideró que el evento perdía trascendencia, mientras se daba vida a otros, como el de tema erótico, al cual se destinó una exorbitante cifra en la distribución del presupuesto anual para la cultura.
En el mismo período otros eventos, como los organizados en la prestigiosa Galería de Arte Eliseo Osorio, también vieron afectados su respaldo financiero y, en consecuencia, su calidad.
Pero, volvamos al Festival del Bolero. Pensemos si vale o no la pena ver la defensa que pueden hacer de una composición los solistas Mario Luis Toirac, Ileana Milhet, Panchín, o algunos de los que cada vez más se deciden a interpretar una canción muchas veces ajena, pero sentida como propia.
Yo, en lo personal, celebro que hagamos bolero como hemos hecho y hacemos porque hayan agrupaciones y músicos que cultivan son, trova, rumba, nengón, kiribá, rap o reguetón.
Recordemos además que hablamos de un género bien cubano, nacido en Santiago, aunque en el exterior algunos piensen y hubieran preferido que el género pertenezca a México, una tierra que en materia de música no necesita disputar mucho, porque bastante tiene.
El bolero es nuestro, tanto como el son, la guaracha, el mambo, el chachachá, el danzón, y para respaldar ese orgullo el país celebra cuando puede el Festival Boleros de Oro, de proyección internacional.
Nos corresponde también a nosotros, los baracoesos, defender el género desde aquí, desde una tierra que tanto aporta a la riqueza de la cultura y la identidad nacional.
En fin, brindemos por el bolero, y siempre.
