Agua garantizada a pesar de intensa sequía meteorológica en Guantánamo

Guantánamo.- A pesar de la intensa sequía meteorológica, los principales embalses de la provincia Guantánamo logran sortear el período seco (noviembre-abril) y aguardan probables lluvias para su recuperación plena o parcial.

Juan Carlos González Dalmau, subdelegado adjunto del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, comentó a Venceremos que entre mayo y octubre se espera mejoría en el promedio general de precipitaciones, que en lo que va de año apenas llega al 25 por ciento del acumulado histórico.

Como efecto de la falta de humedad disminuyeron considerablemente las reservas de los embalses La Yaya, mayor de la provincia, ahora al 4l,4 por ciento de su capacidad y con cobertura de entrega para 419 días; Faustino Pérez (37,44 y 53) y Pozo Azul (13,71 y 43), este último vital para el riego del Valle de Caujerí, casi al borde del denominado volumen muerto.

González Dalmau sustenta que los problemas fundamentales con el abasto en Guantánamo se localizan en los sitios dependientes de acueductos o de fuentes de abasto superficiales, la mayoría deprimidas.

Mencionó, por este orden, entre los municipios más afectados a Manuel Tames, Niceto Pérez, El Salvador y San Antonio del Sur, aunque “en Imías, Maisí y Caimanera (comunidad de Hatibonico incluida) la situación dista de ser favorable, y se apela a la distribución de agua en carros-cisterna (pipas)”.

El subdelegado indicó que esa opción ya es recurrente en Tames, poblado donde la entrega se efectúa, además, por medio de su única fuente de suministro estable: el tranque de Los Asientos. Allí se mejora, simultáneamente, la conductora tendida desde ese río hasta el Mendol, en la antigua cabecera del municipio.

“De materializarse en breve lapso esa iniciativa, bajará el porcentaje de las personas que ahora dependen de pipas en esa localidad, calculadas en el 70 por ciento de la población total”, agregó el directivo.

En opinión de González Dalmau el precario acumulado de lluvias durante los casi cuatro meses transcurridos, es signo de sequía meteorológica, “la peor de las tres que existen, ya que origina las otras dos: agrícola e hidrológica”.

Estas dos últimas se manifiestan, respectivamente, por la ausencia de humedad en el suelo para satisfacer las necesidades mínimas de las plantas, y por la falta del agua superficial y subterránea.

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