Y el salario ¿para cuándo?

Guantánamo.-

Para cuando este reportaje terminó de escribirse, Milagros Savón ya había consumido los pocos ahorros de la casa y pedido dinero prestado a tres personas diferentes, con la promesa de devolverlo “en cuanto cobre julio”, un término que, en los primeros días de agosto, ni ella misma puede precisar.

Usó el dinero para lo justo. Los “mandados” del mes y algunas libras de pollo para apaciguar a la tropa de nietos en vacaciones. Las tarifas de la electricidad y el teléfono, por suerte, alcanzó a saldarlas con restos del salario anterior, “porque si no, periodista, ahí sí…”.

Le pregunto a la veterana educadora por planes rotos, vacaciones dejadas para luego. “Mías no, pero se sobran historias de compañeros que perdieron pasajes comprados hace meses o se fueron así mismo, porque no siempre se viaja por placer, y de otros que ni al parque con sus hijos han podido ir”.

Tiene razón. No está sola en esto. El común denominador: el atraso en el pago de los salarios y las vacaciones del mes de julio por déficit de efectivo en el Banco de Crédito y Comercio (Bandec) que afecta al sector presupuestado, y los mil avatares de la gente para saldar sus cuentas.

El salario puede tardar, pero la vida no entiende razones, y sigue…

A bolsillo vacío

El primer atisbo del problema llegó en los días feriados. Entonces, un lector escribía a nuestra redacción para ponernos al tanto de sus dolores: por días esperó el debido salario, de cierta manera tranquilo, hasta la advertencia de un corte de luz por impago.

Su explicación, a este rotativo y al lector cobrador de la Empresa Eléctrica, es totalmente lógica: ¿Cómo se saldan cuentas si el salario que las paga no se hace efectivo?

Con los días, nos llegarían otras historias, de manera directa o indirecta. Como respuesta a una pregunta o como “ruido de fondo” común en la calle, en medio de reuniones, celebraciones… El disgusto habla claro, y fuerte.

Yadisnay Collada González, también de Educación, considera que un sector tan sacrificado merece más atención, sobre todo, en estos tiempos, cuando “las escuelas se están quedando sin maestros” y solo quedan los que “realmente sentimos amor”.

“Estoy agradecida -nos escribió – porque ya muchas escuelas pagaron a sus trabajadores, pero hace cuántos días esto debió suceder… Debían haberlo garantizado con tiempo. Más soluciones y estrategias a los problemas, pero no más justificación”.

Un día después, el joven profesor de la Escuela Emma Rosa Chui, de la ciudad de Guantánamo, era de los que aún esperaban. “Esta vez se rompió el récord de tardanzas. Si pasan estas cosas ahora, no me imagino cómo será cuando nos paguen por tarjeta magnética, porque en los cajeros no hay dinero. Es preferible que sigamos cobrando por nómina”.

Para inicios de semana, “no había fecha de cobro” para la joven doctora Carla Samón*. “Tenemos que cobrar del 10 al 15 de cada mes, pero la verdad es que con frecuencia se van de fecha, y sin explicación. Yo no vivo de mi salario, pero mis compañeros han tenido que pedir prestado, o vender algo, si lo tienen… porque lo otro es que es un salario muy bajo”.

Yusmel Sánchez, árbitro de boxeo, dijo a una de nuestras reporteras que no le han dado explicaciones sobre la demora, más allá de que “se pagará doble” en agosto, una solución que para Carlos Infante, también del sector deportivo, “se olvida de las necesidades de nuestras familias, sobre todo, de los niños, en tiempos de vacaciones en los que todo es caro”.

Mientras recoge la basura, en una de las calles más céntricas de la ciudad, el trabajador de Servicios Comunales, Jorge Ferrer se suma a la lista de los disgustados: “Teníamos que cobrar, cuando más, el 25, y mira la fecha en la que estamos” -señaló, este martes.

“¿Qué nos dicen? Que en los bancos no hay dinero, pero la explicación no nos sirve. La gente está bien molesta, y hay quien no quiere trabajar. Porque tú exiges, controlas que trabaje bien aunque no me das botas ni guantes; si pasa algo, me sancionas… ¿Y no pagas?”, insiste.

La opción del salario por tarjeta magnética, que viene extendiéndose desde hace varios años y, según lo visto, podría ser una solución ante la tendencia a que falte el efectivo en los bancos, ahora mismo es bastante impopular, al menos, entre mis entrevistados.

Idania Gutiérrez, profesora de la Universidad de Guantánamo, tuvo en tiempo el salario en su tarjeta, pero es como si tampoco hubiera cobrado. “Los cajeros no tienen dinero, han restringido la cantidad a retirar, los comercios no estatales -donde se mueve la mayor parte de los bienes de consumo- últimamente no aceptan transferencias…”.

A Víctor Tamayo Preval, director de la Banda de Conciertos de Jamaica y de la orquesta Onda Cubana, del Centro provincial de la Música, el dinero en los bolsillos se le nota de lejos, en la sonrisa de quien acaba de cobrar julio, así estemos en agosto.

“Esto ha sido muy inusual para nosotros. Normalmente, hay problemas con el pago de algunas actividades, pero el salario básico no se atrasa, o no se atrasaba, hasta ahora”, reconoce y así lo confirma Adalberto Suárez, Coty, director de la entidad:

“Somos un centro que, al mes, requiere poco más de un millón de pesos en salarios, y tenemos un contacto constante y las mejores relaciones con los bancos…, aunque todavía nos queda por pagar en Imías y San Antonio del Sur, algo que debe solucionarse esta misma semana”, acotó.

Palabras mayores

Emnier Savón Cotilla, miembro del secretariado provincial de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), que atiende la esfera de asuntos económicos, evalúa por día cómo marcha el pago de los trabajadores, “que va cumpliéndose poco a poco, en dependencia del efectivo que va entrando a los bancos”.

Para el martes, se debía el salario -y las vacaciones, en algunos casos- a seis mil 270 trabajadores del sector presupuestado, sobre todo, de las entidades adscritas a Cultura, el Instituto de Deportes, Educación Física y Recreación (Índer), y la enseñanza Media Superior de Educación, en ese orden.

La causa del problema, termina de confirmar, “no está en las unidades presupuestadas ni en la asignación del dinero, tampoco tiene que ver con deficiencias en operaciones o malos procedimientos sino, exclusivamente, con la falta de liquidez (efectivo) en Bandec.

“En julio, además del pago regular de cada mes, se sumaron las vacaciones de agosto en Educación, el sector con más empleados de la provincia, con más de 28 mil 300 y, por tanto, el de mayor peso”, continúa el funcionario.

La cifra, empero, se mueve constantemente, con énfasis en este último sector. El lunes 31 de julio, los impagos afectaban a 5 mil 120 educadores, y 24 horas después, la cifra descendió a mil 200. “Ciertamente, lo hemos priorizado, creado puestos de mando y aplicado alternativas, pues es un sector que se va de vacaciones de manera masiva”.

Para la Cultura, el alivio ha sido un poco más lento. Este martes, según Savón Cotilla, quedaban poco más de 3 mil trabajadores por cobrar, de los 4 mil 800 en nómina.

“Hoy, precisó el martes Yoelvis Labañino, director provincial de Cultura, faltan aún los empleados en El Salvador, parte del Centro provincial de la Música, el Sectorial, la Biblioteca, el Centro de Superación, y los Consejos de las Artes Plásticas y Artes Escénicas”.

Una situación que, confirma, “incumple lo suscrito en el Convenio colectivo de trabajo, y este año ha ocurrido en varias ocasiones, por la misma falta de liquidez, aunque nunca de una manera tan marcada”.

La recurrencia del asunto, ahora agravada, marca un camino de obstáculos que podrían multiplicarse si sigue haciéndose habitual la crisis del efectivo en los bancos -debido a la reducción de los depósitos y el alza de las extracciones-, y el funcionario de la CTC lo sabe.

Llegados a este punto, preguntamos a Bandec por causas y soluciones. Se solicitó ante su dirección provincial, de manera formal, el comportamiento actual del impago, las causas, el nivel de bancarización de la sociedad, los planes para incrementar el pago de salarios por tarjeta magnética y el horizonte para resolver el déficit de efectivo: sin respuestas al cierre de esta edición.

Por lo pronto, dice Savón Cotilla, “se busca incrementar el pago por tarjeta en el sector de Educación, pero con medida y en sitios donde el trabajador pueda, objetivamente, acceder a su dinero: de lo contrario solo estaríamos cambiando de problema”.

Igual, no sería suficiente. A fin de cuentas, el atraso en el pago de salarios en el sector presupuestado es solo una consecuencia de un problema mucho mayor que se va de las manos de quienes deciden en la provincia y promete -Dios y la Economía no lo permitan- nuevas partes de esta historia.

Tomado de Venceremos

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