La V Conferencia Agrícola Estados Unidos-Cuba propició conversaciones sobre intereses comerciales, relaciones entre productores y la continuidad del diálogo político ligado al sector, afirmó hoy aquí la delegación norteamericana.
Según afirmó el comisionado de Agricultura de Luisiana, Michael Strain, el encuentro ayudó a reforzar los lazos bilaterales en un camino “paso a paso” frente a los obstáculos.
En la conferencia de prensa, también agradeció nuevamente el gesto del presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, quien en febrero de este año se reunió en La Habana con una comitiva de la nación norteña, organizada por la Asociación Nacional de Departamentos de Agricultura de Estados Unidos.
Reporteros extranjeros y cubanos indagaron sobre la factibilidad del comercio y sus perspectivas, pues en la actualidad cualquier transacción está sujeta a las medidas restrictivas del bloqueo impuesto por el Gobierno norteamericano a la isla.
No obstante, Strain respondió que el sector agrícola sigue interesado en incrementar los negocios: esta nación caribeña, argumentó, gasta dos mil millones de dólares anuales en la importación de alimentos y solo 300 millones del monto total corresponden a las ventas norteamericanas.
Nosotros, apuntó, tenemos potencial para multiplicar por cuatro los niveles de exportación a Cuba, mediante surtidos diversos, entre ellos, arroz, trigo, soya, maíz, productos avícolas, carne, leche, fertilizantes, combustibles, granos para pienso animal, semillas, pesticidas y herbicidas.
Frente a los obstáculos, el político consideró que el camino es el diálogo franco y abierto; continuar las acciones de las distintas organizaciones que dentro de Estados Unidos abogan por la normalización de los vínculos, así como las visitas a la isla para impulsar conversaciones positivas.
En nombre de “USA Rice Federation”, la directiva Sarah Moran ratificó el interés de los productores y exportadores de arroz de elevar el comercio con la mayor de las Antillas; de hecho, comentó, fuimos la primera asociación comercial estadounidense en participar en una Feria Internacional de La Habana.
Antes de 1960 (previo al establecimiento del bloqueo), Cuba era el primer destino de las exportaciones de los arroceros norteamericanos; algo lógico por la cercanía geográfica de los dos países, lo cual abarata los costos de transportación y los gastos logísticos, recordó.
Hace apenas unos dos años que fueron reanudados los envíos, pero estamos buscando expandir las exportaciones, afirmó Moran, quien valoró las ventajas mutuas de ampliar el intercambio, pues buena parte del arroz consumido en la población cubana procede de mercados distantes.
Por la Coalición Agrícola de Estados Unidos para Cuba, el funcionario Paul Johnson también distinguió las posibilidades de compartir saberes técnicos y experiencias sobre buenas prácticas en la producción de alimentos, un asunto, acotó, que tiene impacto sobre el 100 por ciento de las personas en el planeta y durante el cien por ciento del tiempo.
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