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Ury Rodríguez Urgellés es una figura notable dentro del panorama artístico nacional. Quien lo conoce de cerca, o ha tenido la dicha de compartir con él en algún momento, puede dar fe del talento, bondad y dedicación de este actor y titiritero.
Desde el nombramiento oficial el pasado mes de junio, es suya la responsabilidad de liderar la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) en la provincia Guantánamo. No asombra su elección, justo como tampoco lo hacen los aires renovadores con los que intenta desempeñar sus funciones dentro de la organización.
«Durante dos de los mandatos anteriores, fui uno de los vicepresidentes de la Uneac, por lo que no llegué tan nuevo al fenómeno de entender todo el proceso por el que estaba pasando. Sin embargo, la toma de la presidencia tiene otra connotación, otros caminos, nuevos aprendizajes», confiesa.
Ury tiene clara su visión al frente de la intelectualidad de la provincia. «Tenemos que insistir en miradas a lo interno de la organización, como vía para insertarnos en los espacios de la sociedad guantanamera.
«Es fundamental aportar y apoyar el arte, porque es nuestra mayor contribución, al campo de las ideas, del pensamiento, de la reflexión, de los procesos de intercambio, para así saber cómo mejorar, cómo hacer visibles los logros de la cultura que defendemos, que es nuestra», asegura.

Dentro de su concepción, piensa también en vincular la enseñanza del arte con la educación, en cualquiera de sus manifestaciones. «Seguiremos insistiendo en el vínculo con la educación artística, que es vital para el futuro de la cultura. Vamos a fortalecer, de igual forma, esos intercambios con la enseñanza general. Las escuelas primarias, secundarias, los preuniversitarios. Siempre desde la propia mirada de la Uneac».
Lo de «abrirse a nuevos públicos» viene desde ya con el trabajo que realiza la galería La Celosía, en las manos de Daniel Núñez porque, según cuenta Ury, «está incursionando en esa búsqueda de públicos para que entiendan mucho mejor la labor del arte en el contexto en que vivimos, y esos intercambios, esa búsqueda, fortalece una percepción artística que es fundamental en las personas.
«No solo trabaja con el público adulto, sino también con niños, dentro de la galería. Es muestra de cómo los niños pueden, desde juegos lúdicos u otras perspectivas, entender la labor y valía del trabajo que está en exposición», reconoce.
Habla también de transformaciones en la estructura de la organización, que no se limitan solo a su nuevo presidente. La nueva dirección tiene como vicepresidenta primera a la doctora en Ciencias Migdalia Tamayo Téllez, profesora de la Universidad de Guantánamo, y como vicepresidentes a José Ramón Sánchez Leyva, escritor y poeta, y a George Pérez González, artista de la plástica.
La Uneac guantanamera, que celebra este 4 de agosto 37 años de creada, navegará nuevas rutas gracias a los certeros vientos que la impulsan, los que, según su nuevo presidente, se resumen en «la labor de una colectividad, no de individualidades, en tomar decisiones todos juntos, en que reine la unidad». Son claves, entonces, para que se mantenga a flote durante su travesía.