Thiago agradece en nombre del pueblo de Baracoa

Guantánamo. – La labor del periodista, de los medios de prensa en su generalidad es informar y más allá de ello hacer reflexionar, criticar, denunciar de manera oportuna e incluso reconocer cuando sea necesario. Pero no somos los únicos que podemos hacerlo o que llevamos eso a vía de hecho.

Las numerosas tristezas dejadas en los municipios afectados tras el paso de Mathew han sido fotografiadas, comentadas y redactadas de muchas maneras diferentes, mediante noticias, notas informativas, comentarios, en los diversos formatos que permite el periodismo.

Un pionero baracoeso ha hecho llegar sus misivas a la Radio de Baracoa, con la finalidad de que este medio de prensa magnifique su opinión al respecto de los trabajos que se realizan en su municipio luego del paso del potente meteoro.

Su nombre es Thiago Columbié Garcell, que vive en Martí, No. 158 Baracoa, en la provincia de Guantánamo. Este niño baracoense agradeció a esa multitud de personas que han levantado brazos y voces para salvar a su amada tierra de la destrucción llamada Matthew.

Aquí transmitimos su primera misiva:

Soy un adolescente de apenas 14 años, baracoense. Mi primer pensamiento es para esos dos grandes dioses: Fidel y Raúl, por la maravillosa Revolución que junto a ellos los cubanos hemos sostenido, bajo un cruel e inhumano bloqueo que arrecia, bajo la furia de feroces destrucciones atmosféricas, pero con una solidaridad que pone los pelos de punta a cualquier ser humano.

Vivimos los baracoenses los momentos más aterrorizadores de la fiereza del “poderoso huracán Matthew”, como refería el eminente Dr. Rubiera, desde que nos acechaba. Les cuento que pensé que esto podía ser el fin de mi ciudad por la fuerza de los vientos y la furia del mar. Al día siguiente, fue realmente algo desolador. Previo a este devastador ciclón viví la gigantesca solidaridad de mi pueblo, las acciones de nuestros dirigentes, no solo del territorio, sino de la provincia y la nación, al extremo de que cuando varios países lamentan cientos de muertos y desaparecidos, nosotros no tenemos ni un herido por este exterminador atmosférico.

Pero ni la destrucción de las casas, los cultivos, la flora, los caminos, los puentes, quedaron impregnados en mi mente tanto como la poderosa, impactante e inmensa solidaridad de los cubanos. Pelos de punta, nudos en la garganta, lágrimas brotaban al ver pasar los camiones, rastras, jeeps, paneles, grúas, guaguas… para ayudar a recuperarnos en el menor tiempo posible. Indiscutiblemente en esta primera etapa los trabajadores de la electricidad, la telefonía, el agua y los que recogieron escombros fueron cientos de héroes que dieron aliento a mi tierra baracoana. Sé que la recuperación va a costar, pero la solidaridad de los cubanos la va a hacer realidad en el menor tiempo posible.

Es impresionante palpar con mi propia mano desde lo que hacen los principales dirigentes del país (Raúl, Espinosa, Expósito, Iríbar, los ministros, el Consejo de Defensa Provincial, el Consejo de Defensa Municipal), hasta el aliento que trasmiten la Brigada José Martí, ese inmenso artista que es Kcho, los amigos de otras partes del mundo desde Venezuela hasta Paquistán…

Seguro estoy que si poderoso fue el Huracán Matthew, la solidaridad ha sido mucho más poderosa. Sé que recordaremos los embates furiosos de este fenómeno atmosférico, pero también con muchísimo cariño los tantos hombres y mujeres que hacen por volver la felicidad a los hijos e hijas de Baracoa.

Termino recordando ese gran gigante de América: nuestro Chávez porque él nos enseñó que “AMOR CON AMOR SE PAGA”.

Gracias, infinitas gracias a todos. Sé que nos falta mucho, pero seguro estoy que Baracoa seguirá siendo la reina del coco, el cacao, de las bellezas naturales y ¿por qué no?, la siempre hospitalaria Primera Villa de Cuba.

Thiago Columbié Garcell

Martí No. 158 Baracoa, Guantánamo

Diez días después de esa primera misiva, el pionero baracoense hizo llegar una nueva carta agradeciendo a todos aquellos que han dejado sus hogares para colaborar con la recuperación del municipio guantanamero.

La magia de la solidaridad

Nadie podía imaginar que después de los destrozos dejados a su paso por Cuba del poderoso Huracán Matthew, podríamos los baracoenses ni siquiera pensar que en 30 días pudiésemos disfrutar desde los servicios básicos, hasta el verdor de las plantaciones o los zumbidos de las aves.

Creo oportuno realizar algunas comparaciones de lo que pasamos los pobladores de Baracoa y lo sucedido en Cabo Haitiano a consecuencia de los embates de este fenómeno atmosférico. Ambos tuvimos destrucciones, pues la fuerza de los vientos, la incesante lluvia y la furia del mar sobresalieron e hicieron de la flora, la fauna, los cultivos, las viviendas y edificios, los establecimientos, los caminos y carreteras, los puentes, los postes eléctricos y telefónicos, las comunicaciones, lo más predilecto para arrasarlo. Pero en Haití agréguele cientos de muertos y nosotros cero, un buen cero; es ahí cuánto vale un ser humano en ambas sociedades.

¿Quién podría imaginar? Como quedamos ambos pueblos, que los médicos y otro personal de salud cubano recorrieran todas las comunidades de mi Baracoa y a su vez muchísimas de Cabo Haitiano, que en Cuba luchen por prevenir la más mínima enfermedad y en Haití luchen por erradicarla.

Reitero que, si aquí vivimos momentos que no desearía que nadie viviese, le cuento que vivimos además la alegría que desearía que todos pudiésemos disfrutar, desde la entrega de cientos de hombres y mujeres de toda Cuba por ayudarnos a levantar, hasta el aliento de los principales dirigentes de la Revolución, los amigos de otras partes del mundo y de grandes artistas como Kcho, que desde los primeros días permanece junto a nosotros. Raúl Torres y la Brigada Duaba con su canción “Baracoa se levanta” hacen que hasta las plantaciones agradezcan con su verdor la magia de solidaridad.

 

 

 

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