Programa Materno-Infantil en Guantánamo cierra 2020 con alentadores resultados (+ Fotos)

Guantánamo.- Tras loables esfuerzos de su personal médico la provincia de Guantánamo cumplió en 2020 un anhelado propósito, mejorar sus indicadores en el priorizado Programa Materno-Infantil (PAMI), igualando la media nacional con una tasa de mortalidad de 4, 9 por cada mil nacidos vivos, y logrando en esta área su segunda cifra histórica más baja de fallecidos.

En el recién concluido año nacieron en esta región cubana cinco mil 872 niños, 189 alumbramientos más y seis decesos menos que en 2019, cuando el territorio registró una tasa de mortalidad infantil superior a los seis puntos porcentuales, indicador que mejoró ahora con creces como también el de la muerte materna (en 2020 solo una y sucedida fuera de la provincia).

Los municipios Yateras y Caimanera descollaron en los últimos 12 meses con cero fallecidos al nacer, en términos de satisfactorios resultados escoltados por los territorios de San Antonio del Sur, Imías y El Salvador con tasas de 2,8 y 3,8 y 3,9 respectivamente.

Fue determinante en los logros de la provincia la labor integrada de todas las estructuras de Salud, desde la propia atención primaria y su Programa de Genética Médica, que mantuvo nula la tasa de mortalidad infantil asociada a defectos congénitos, indicador que en 2019 fue aquí de 0,8 por cada mil nacidos vivos, y ahora cierra mejor que la media nacional, que registró en el año 0,7.

Cada inicio de año Cuba reporta una de las tasas de mortalidad infantil más baja del continente, solo comparada con países desarrollados, cifras que no por repetidas dejan de ser trascendentes, pues reflejan la voluntad política del Estado cubano y su sistema de salud por preservar la vida.

El Doctor Humberto Velázquez, responsable del PAMI en Guantánamo, señaló que en todo 2020 se trabajó por concretar mayor efectividad en la dispensarización -encaminada a la prevención-, el control del riesgo preconcepcional, y cumplimiento de los protocolos de atención al menor de un año con alguna deficiencia, y a gestantes con afecciones biológicas o congénitas.

Recordó el facultativo que Guantánamo es la provincia de mayor fecundidad en el país -aunque por segunda ocasión culmina un año por debajo de los seis mil nacimientos-, y al mismo tiempo figura entre las de más alta cifra de interrupciones y embarazos en adolescentes, fenómenos que inciden significativamente en las pérdidas por prematuridad y bajo peso al nacer.

Este año se laboró sobre todo -dijo- en la sistematicidad del manejo de los grupos vulnerables, desde la atención primaria de salud en las comunidades, para determinar la morbilidad y reducir complicaciones, e igualmente en el seguimiento a la pareja infértil y las tareas de promoción de salud, en pro de la planificación familiar responsable y una cultura sexual y reproductiva.

En entrevista a la Agencia Cubana de Noticias el jefe de la sección que atiende al PAMI en Guantánamo resaltó también, entre lo positivo de la etapa, la puesta en marcha de puestos de mando en todos los municipios, con partes de frecuencia diaria a la directiva de Salud, lo cual posibilitó mayor control, sobre todo de las embarazadas de riesgo.

En medio de la crisis epidemiológica generada por la COVID-19 este sistema fue determinante y se reforzará en lo sucesivo -señaló- con énfasis en la dispensarización oportuna de gestantes, puérperas e infantes, la identificación de síntomas y el aislamiento ante cualquier sospecha, lo cual ha permitido hasta ahora menor número de contagios y cero complicaciones en dichos grupos vulnerables.

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