Occidente mudo al cabo de una lección electoral

El pueblo, durante tres días, acudió masivamente a votar. Se batieron récords de participación ciudadana y también de votos favorables a Putin, quien resultó electo con el 87,59 % de las boletas.

Occidente es democracia y el resto del mundo está entre dictadura y desgobierno; pues así lo ha determinado el poderoso y autodenominado su dueño único: Estados Unidos. Sin embargo, las elecciones presidenciales en Rusia mostraron una lectura para nada coincidente con la teoría estadounidense. Allí, en el gigante eslavo, a pesar de planes e intentos de acciones terroristas para boicotear las elecciones y, especialmente, para que el principal contendiente, Vladímir Putin, no resultara electo, ocurrió todo lo contrario.

Hubo comicios. El pueblo, durante tres días, acudió masivamente a votar. Se batieron récords de participación ciudadana y también de votos favorables a Putin, quien resultó electo con el 87,59 % de las boletas; es decir, 76 millones de rusos lo prefirieron, el mayor número en la historia del país.

No hubo denuncias de irregularidades; cientos de observadores internacionales declararon estar satisfechos con el proceso; las urnas se abrieron y se cerraron según lo planificado.

Ocurrieron, eso sí, ataques cibernéticos contra el mecanismo electoral y el sistema de información, y hubo agresiones militares contra colegios y votantes en zonas rusas fronterizas con Ucrania.

El arrollador triunfo de Putin y la transparencia del proceso electoral, que involucró a 113 millones de votantes, ha dejado mudos a quienes apostaron por lo contrario mediante armas, sanciones, dinero y campañas mediáticas.

El pueblo ruso identificó el voto por Putin como la aprobación del proyecto de país que se construye, y de su liderazgo en el manejo de una política internacional tan adversa y monopolizada por los gobiernos de Estados Unidos y de la Unión Europea, artífices de una colosal cruzada antirrusa.

¿Olvidaron los ideólogos occidentales, y específicamente los de Estados Unidos, cómo y con qué cantidad de votos han sido elegidos sus respectivos presidentes?

Recordemos, por ejemplo, que Donald Trump –autor intelectual del asalto a esa «meca» de la democracia que es el Congreso estadounidense– llegó al poder con el 46,15 % de aprobación. George W. Bush alcanzó la Casa Blanca –desde la cual dirigió su obra mayor, la invasión a Iraq– con el 47,8 % de los votos. Joe Biden obtuvo el 51,38 % de boletas favorables para hacerse con la jefatura de su país.

Esa es la democracia que rige los destinos de la mayor potencia económica y militar del mundo, contraria a lo que ha mostrado el proceso electoral en Rusia y los proyectos sociales y políticos que se construyen en otros países para nada seguidores del egoísmo y el odio que distinguen a Occidente, en especial a Estados Unidos.

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