Guantánamo.- A la llegada del alba, sentí que algo faltaba este 1ro de Mayo. Fue una rara sensación que me invadió al caminar hacia la plaza de la Revolución Mariana Grajales; miraba a mi alrededor y como siempre, cientos de miles de guantanameros llenos de alegría desfilaban.
Ahí estaban ahí los 16 sindicatos representados en sus iniciativas, sus consignas, en los carteles y en las banderas enarboladas, pero seguía extrañando algo que año tras año distinguía también este desfile proletario.
Pregunté y nadie me supo explicar. Decían que todo estaba bien, que sobraban las razones para festejar, que este año era histórico, que por fin estaban junto a nosotros los Cinco. Era un desfile por nuestros médicos, nuestros niños, por nuestras conquistas. Aun así sentía que hoy era diferente, fue entonces cuando miré al cielo y lo comprendí todo: el Sol no estaba brillando sobre nosotros, faltaba el intenso sol y el cielo azul que caracteriza al oriente cubano.
Comencé a preocuparme porque el Sol en un primer día de mayo es un guantanamero más, ardiente y potente como suele ser, baña de luz con sus rayos hasta a la más tímidas de las flores… Mi impaciencia acrecentaba hasta que, al llegar a la plaza, una calidez iluminó mi rostro. Allí estaba, tenue pero presente, abriéndose paso entre las grises nubes, para que nadie dudara de sus también convicción de patria, para decir presente y para acompañarnos en este día de victoria…
Llegábamos a la plaza y me percaté de que todo estaba completo para ser un día histórico.

Licenciada en Español – Literatura. Periodista. Profesora Asistente. Habilitada en guión y realización de programas de TV. Editora del sitio digital de la televisión de la provincia de Guantánamo. Bloguera y activista de las Redes Sociales