
Mi interés por las artes, sobre todo, por la música, me lleva a buscar y relacionarme con sus artífices. Sí, esos que viven de un lado a otro cargando con instrumentos a modo de mochilas, y partituras como si de sagradas escrituras se tratara, y lo son. Así fue como conocí a Lisandra Caridad Porto García, durante la primera Jornada de Tres y Laúd, celebrada en Guantánamo recientemente.
La sala de conciertos Antonia Luisa Cabal Salis estaba a oscuras, todos los asientos ocupados y debí quedarme en el pasillo. En el escenario había una mujer; a su lado, un piano. La gente aplaudía. Al parecer llegué tarde y me perdí las primeras presentaciones, pero no importa: la artista, vestida de negro, dobló su cuerpo en señal de agradecimiento y continuó la presentación.
Lisandra Porto, resuena el nombre entre los músicos e impera un silencio de respeto y admiración. Cuando se sienta ante el piano, el mundo toma forma en las 88 teclas del instrumento y es capaz de hacerte viajar por parajes de diversos matices: un batey, una ciudad moderna, el desierto o una loma en medio de la nada.
Fue una hora de deleite. Cuando todo terminó, pregunté por la pianista y me señalan hacia una puerta. Abro, camino en dirección a ella, que está organizando sus cosas, y me presento. Habíamos hablado online y concertamos la entrevista, luego de su presentación. Se le notaba nerviosa, pero no tenía por qué: más lo estaba yo ante ella, una personalidad.
“Comencé a los ocho años en la Escuela Vocacional de Música. Desde pequeña me gustaba el piano como instrumento por su sonoridad. Escuchaba mucho Radio Enciclopedia y me sentía identificada… hasta el día de hoy en que lo sigo sintiendo.

“Esta carrera es mi pasión, lo que defiendo. Mi repertorio, muy variado. Lo mismo hago música internacional, que cubana en todo el sentido de la palabra.
“Actualmente formo parte del catálogo del Centro de la Música Lilí Martínez Griñán como pianista-concertista y también como pianista-acompañante de la Escuela Vocacional de Arte. Esto consiste literalmente en acompañar a los estudiantes en sus presentaciones, recitales, exámenes de ingreso y graduaciones.
“Lisandra como mujer de familia es una cubana más. Intento hacer todo lo posible por el bienestar de mi familia y mi trabajo. A veces es muy complicado, porque ser músico es una carrera muy sacrificada en su demanda de horas para el instrumento, y es tiempo que pierdo con mi hijo René de Jesús, con mi esposo Junior Pérez, que también es músico, y las cuestiones del hogar.
“Sobre esta primera edición de la Jornada de Tres y Laúd puedo decir que fue un honor acompañar a tantos jóvenes talentosos y formados aquí en Guantánamo. Es enorme el trabajo realizado por los maestros Jesús Miguel Fernández y Lisania González.
“En la actualidad formo parte de un dúo con la propia Lisania. No tenemos nombre oficial definido, pero esperamos seguir creciendo y así complacer a nuestro público guantanamero y nacional”.
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