Las cifras del hambre

Guantánamo.- Indignación. Es el sentimiento que enciende en cualquier persona de bien conocer las cifras del hambre que publica la edición de este año del informe anual de la ONU sobre seguridad alimentaria y nutrición.

No hablamos del simple deseo de comer, sino de la escasez de alimentos básicos que padecen de forma intensa y prolongada millones de personas pobres en este mundo.

¿Sabe usted que el hambre mata cada año a más personas que el SIDA, la malaria y la tuberculosis juntos? ¿Conoce que son mujeres el 60 % de los hambrientos en el mundo?

Es escandaloso que alrededor de 3 millones de niños (unos 8 500 diariamente) mueran por desnutrición severa cada año y no sea suficiente lo que se hace por impedirlo.

Según la ONU en 2016 el hambre afectó a 815 millones de personas (11% de la población mundial), el grueso de ellas dependientes de la agricultura y los recursos naturales para su subsistencia.

El dato significa que tras una década de reducción de forma constante, el flagelo aumentó y sumó a 38 millones de personas más que el año anterior.

La proliferación de conflictos violentos y perturbaciones relacionadas con el clima, son señaladas por el informe como causas fundamentales del incremento.

Por primera vez el documento fue elaborado de forma conjunta por responsables de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la UNICEF y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“No acabaremos con el hambre y todas las formas de malnutrición para 2030 a menos que abordemos todos los factores que socavan la seguridad alimentaria y la nutrición. Garantizar sociedades pacíficas e inclusivas es la condición necesaria para ese objetivo”, aseguran los dirigentes de la ONU.

Es la primera evaluación global sobre el tema realizada por el organismo internacional tras la adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, dentro de la cual primordial es lograr el objetivo de Hambre Cero.

La meta es posible ahora mismo, pero todavía hay mucho egoísmo sobre la Tierra.

Lo ha reiterado la FAO: cada año se pierden o desperdician 1 600 millones de toneladas de alimentos en el mundo. En otras palabras, uno de cada tres alimentos termina botado.

En EE.UU. la gente tira la misma cantidad de alimentos que la que consumen debido al culto a la perfección. Muchos alimentos de gran valor nutricional son destruidos o destinados a los animales por no estar estéticamente perfectos para vender en los supermercados.

Números oficiales indican que en ese país los comercios y los consumidores cada año desechan unos 60 millones de toneladas de alimentos. Increíble.

Precisamente el país norteño encabeza la lista de las 10 naciones que más desperdician alimentos por habitante, cada año. Entre otras causas, por descuido, falta de previsión, poco interés en cuidar los alimentos y nulo concepto de su responsabilidad ambiental.

En EE.UU. esa tasa es de 760 Kilos per cápita. Le siguen Australia (690), Dinamarca (660), Canadá (640), Noruega (630), Holanda (610)), Alemania (575), Reino Unido (565)), Malasia (560) y Finlandia (550). (2)

Abruma conocer que la cantidad de alimentos desechados en esas naciones en un año es suficiente para asegurar tres comidas diarias a los hambrientos existentes ahora en el mundo durante seis meses al menos.

Como en este triste asunto cabe aquello de que éramos muchos y parió Catana, recién la FAO advirtió que los costos de la importación de alimentos este año superarán en el 6 % los de 2016.

Las causas son el aumento de la demanda internacional de la mayoría de los alimentos y la elevación de los fletes, lo que afecta a productos popularmente consumidos como arroz, trigo y otros cereales, yuca, lácteos, pescado y aceites vegetales.

A juicio de la organización internacional el asunto preocupa porque impacta en los países menos adelantados y los de bajos ingresos, por demás con déficits de alimentos, lista que sumó a 52 países el pasado año.

Inquieta ver que entre ellos están naciones densamente pobladas como la India (1332 millones de habitantes) y Pakistán (202 millones), y un grupo de 37 naciones africanas, encabezadas por Etiopia (93 millones).

La explicación del problema del hambre al dio Fidel Castro en la Conferencia de la ONU sobre Medio Ambiente y Desarrollo, realizada en Río de Janeiro, Brasil, el 12 de junio de 1992.

En su célebre discurso, por sus estilos de vida y hábitos de consumo insostenibles, el líder cubano responsabilizó a los países más ricos de la destrucción del medio ambiente, lo cual ahora impacta en la agricultura de no pocos países.

 “Hágase más racional la vida humana. Aplíquese un orden económico internacional justo. Utilícese toda la ciencia necesaria para un desarrollo sostenido sin contaminación. Páguese la deuda ecológica y no la deuda externa. Desaparezca el hambre y no el hombre, dijo Fidel.

Finalizó exigiendo que “cesen los egoísmos, cesen los hegemonismos, cesen la insensibilidad, la irresponsabilidad y el engaño. Mañana será demasiado tarde para hacer lo que debimos haber hecho hace mucho tiempo”.

Las cifras del hambre le están dando la razón.

 

 

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