
El enfoque del presidente de China, Xi Jinping, hacia Estados Unidos bajo la Presidencia de Donald Trump estará marcado por «la claridad y la determinación», destaca a The Financial Times Evan Medeiros, profesor de la Universidad de Georgetown, asesor principal de la empresa The Asia Group y exfuncionario del Consejo de Seguridad Nacional del país norteamericano.
Según el analista, el mandatario chino ya ha dejado claro que los lazos con el futuro inquilino de la Casa Blanca tendrán «un carácter exclusivamente de negocios, aunque al estilo Don Corleone». De la misma forma, Xi evitará acercarse a Trump, abogando, por el contrario, por responder con medidas de represalia tempranas y duras para obtener influencia. Fuentes de CBS reportaron que no se espera que Xi acuda a la toma de posesión del futuro mandatario estadounidense, el próximo 20 de enero.
Al mismo tiempo, Pekín señala que quiere mantener un diálogo y que está dispuesto a llegar a un acuerdo para suavizar el ritmo de la guerra comercial entre los países, enfatizó el experto.
En este contexto, las preocupaciones del gigante asiático están relacionadas con una posible desvinculación económica más profunda bajo la Administración Trump, así como con el apoyo a la isla rebelde de Taiwán, que China considera parte integrante, y con intentos de contener y desestabilizar su economía, opina Medeiros. Según el profesor, dadas esas supuestas amenazas, Pekín prepara respuestas que se puede dividir en tres categorías: represalias, adaptación y diversificación.
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