Base de EE.UU. en Guantánamo, Cuba: una centenaria historia de ocupación

Ilegal Base Naval de Guantánamo: nefastas consecuencias de una usurpación

Guantánamo. – Inconstitucional, ilegal, lesiva a la soberanía nacional y al derecho internacional, amenaza latente a la seguridad de los cubanos y cubanas, en especial los que vivimos en Guantánamo, bautizada la primera Trinchera Antimperialista de Cuba… todos los anteriores son características del enclave militar que, en contra de la voluntad del pueblo y el gobierno cubano, mantiene ya por más de un siglo en suelo patrio, el gobierno estadounidense.

La Ilegal Base Naval, cercana al marino poblado de Caimanera y el asentamiento de Boquerón, fue tristemente célebre por la existencia de una cárcel cuyos mecanismos de tortura fueron objeto de denuncia en innumerables escenarios internacionales, entre ellos la Asamblea de Naciones Unidas y créanme: Guantánamo no es la Base Naval. Es este precisamente el título de un documental que profundiza en la historia, pero también en el impacto de esta instalación militar imperialista.

No se trata solo del recuerdo vergonzoso de los sórdidos días en que los marines norteamericanos desembarcaban en la bahía de Guantánamo y visitaban los numerosos burdeles existentes alrededor, durante la etapa neocolonial – desde 1902 y hasta 1959 – sino de los efectos que a día de hoy se mantienen, empezando por la imposibilidad de emplear una de las más grandes bahías de bolsa del país, obstaculizando la actividad económica de quienes habitan Caimanera, la pesca, así como el aprovechamiento de otros recursos naturales, presentes en esa área.

El enclave obliga la permanencia de regulaciones jurídicas especiales que condicionan la existencia de quienes allí viven – incluyendo la restricción de movimiento, por razones obvias de seguridad –. La contaminación acústica, que generan los aviones y otros equipos mecanizados con los que se realizan ejercicios militares, la contaminación del suelo y el peligro latente de territorio minado, aledaño a poblados y comunidades, se suman a los impactos negativos de esta violación persistente y flagrante a nuestro derecho de soberanía y libre determinación.

Un ataque al territorio cubano, sobre el cuál no han faltado amenazas y tensiones desde el inicio de la Revolución, comenzaría por supuesto, desde el ilegal enclave militar, el más antiguo de los establecidos en todo el mundo, en tierras extranjeras y el único que se mantiene en contra de la voluntad del país receptor.

A los cubanos, y sobre todo a los guantanameros, nos sobran razones para exigir en todos los escenarios posibles, el cierre inmediato de la instalación militar y la devolución del territorio usurpado – más de 100 km cuadrados – que es y será legítimamente cubano.

Con este reclamo también levantamos la voz en contra de los conflictos armados en América Latina – declarada Zona de Paz –, la gradual escalada de la OTAN y sus agresiones contra naciones soberanas, precisamente desde bases navales desperdigadas alrededor del mundo.

Todo Guantánamo es nuestro es el título de un documental realizado por Hernando Calvo Ospina, periodista colombiano, radicado en Francia. Tal y como sentencia el título de este material, Guantánamo seguirá siendo esa tierra irredenta, cruzada por ríos y afluentes, que le dieron su nombre y que es mucho más que una ilegal base naval, por cuya devolución seguiremos al pie de combate.

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